Desde hace más de un año, una manada de 14 elefantes vagaron por los campos y ciudades de la provincia china de Yunnan, causando destrozos y despertando curiosidad de los habitantes chinos.

La manada había abandonado una reserva natural en Xishuangbanna e iniciado una travesía hacia el norte donde atravesaron zonas agrícolas y localidades habitadas, causando alboroto, daños a viviendas y destrozos en los cultivos.

Recientemente, los animales abandonaron el campo de cultivo en el que se encontraban y emprendieron su camino de regreso a casa. Las autoridades aseguran que todos se encontraban en buenas condiciones y no representaban ninguna amenaza hacia los humanos.

Tras un viaje de 500 kilómetros finalmente han regresado a salvo a su hábitat natural. A lo largo de todo este tiempo, las autoridades monitorearon el trayecto de la manada a través de cámaras y drones las 24 horas. Decenas de especialistas forestales y voluntarios participaron para evitar que los animales provoquen daños a su paso, buscando redirigirlos ofreciéndoles comida.