Fue cineasta, intelectual y un hombre de profundas convicciones que decidió dar un salto a la vida política en los últimos años del menenismo, con la intención de cambiar el rumbo de un país que se resquebrajaba. Pino Solanas murió este viernes a los 84 en París. Había contraído coronavirus mientras se desempeñaba como embajador argentino ante la Unesco. 

En la década de 2000 estuvo en Carlos Paz donde presentó la película documental Memorias del saqueo en las tertulias de la Cooperativa Integral.

Alejandro “Tati” Eguiguren compartió esa exposición y, en diálogo con Carlos Paz Vivo!, sostuvo que el cine de Pino Solanas es indispensable para su generación. “Estábamos impregnados con el Mayo Francés, y la importancia que tuvo en el pensamiento y en la acción al igual que la Revolución Cubana, Sartre y Simone de Beavorie”, expresó Eguiguren.

“En ese proceso de formación académico lo conocimos a Pino Solanas. En esa época pudimos ver La hora de los hornos, esa película documental que desnudaba con crudeza la desigualdad y las formas de explotación”, indicó.

El referente de la Coopi señaló que en el Golpe de Estado de 1976 se apagó el cine naciona. “Cuando vuelve la democracia, fuimos a ver El exilio de Gardel y salimos sin entender las metáforas porque Pino era un artista porque su exilio en Francia le sirvió para seguir creando”, expresó y agregó: “Lo entendimos uno añs después cuando recuperamos la práctica del debate”.

Y agregó: “Trajimos a Vicente Zito Lema, a Osvaldo Bayer, Norman Brisky, a Eve de Bonafini y también a Pino Solanas”.

“El doctor Jorge Herrou (fallecido hace pocos días) fue uno de los que nos apoyaron en la gran asamblea de 1986, y Jorge tenía interés por el arte y el filmó la lucha del gas que Felpeto le dio a Roggio. Fue uno de los que tuvo las primeras cámaras. Jorge había hecho talleres con Pino y tomó contacto con él y se mostró muy dispuesto”, contó Eguiguren.

“Cuando aparece Memoria del saqueo, en 2004, conseguimos que viniera. No nos cobró nada, se pagaba él todo. El Incaa tenía el programa de auspicio del documental y lo presentamos en Carlos Paz, en el cine de Pardo, con dos o tres funciones para los chicos de las escuelas secundarias”, aseveró.

“Pino debatió con los changos y fue una experiencia extraordinaria porque la vieron más de 2 mil chicos”; relató el cooperativista.

Eguigueren aseguró que Solanas era “un joven más”, una persona llana y no tenía ningún tipo de ínfulas. “Tenía una formación política muy seria y fuimos parte de muchos espacios y frentes políticos en conjunto”.

La idea de una tertulia en el teatro Candilejas surgió después y para Eguiguren se dio un debate “bellísimo”. “Tenía vuelo intelectual, simpleza y tiene una impronta muy fuerte en nosotros”.

Para el cooperativista, el brillo de las marquesinas de Carlos Paz y el mercantilismo turístico hacen que se niegue una ciudad más profunda y que busca otro tipo de debates.