Artur Segarra logró que se le conmutara la pena de muerte por cadena perpetua en 2021.
Daniel Sancho no es el único español que se encuentra detenido en Tailandia acusado de asesinar y desmembrar a otro extranjero. El precedente de su caso, es un mediático suceso ocurrido en Bangkok en 2016, cuando el empresario y estafador Artur Segarra secuestró, torturó, asfixió y descuartizó al consultor David Bernat.
Después de meter los restos del cuerpo mutilado en varias bolsas de plástico, al igual que habría hecho Sancho, según su propia confesión a la policía tailandesa, Segarra los arrojó al río Chao Phraya, que atraviesa la capital tailandesa.
Sancho, de 29 años, se encuentra bajo custodia policial mientras los investigadores tratan de reconstruir con su ayuda el crimen de la turística isla de Koh Phangan, al sureste del país, donde descuartizó al cirujano colombiano Edwin Arrieta Arteaga.
La captura de Segarra (41 años) fue bastante más complicada. Huyó a la vecina Camboya tras cometer el asesinato. Pero con su rostro circulando por todos los canales televisivos de España, una pareja de dicho país que estaba de turismo en Camboya lo reconoció y avisó a la policía.
Segarra fue entregado a las autoridades tailandesas y, un año más tarde, lo condenaron a muerte. Sus abogados llegaron ante el Tribunal de Apelaciones, que falló en su contra. Posteriormente, lo intentaron de nuevo ante el Tribunal Supremo, que ratificó la sentencia. Nada bueno estaba a favor del español.
Un excéntrico rey tailandés
Pero el destino y la suerte de Segarra cambió en 2021. Cada 28 de julio, el excéntrico rey Maha Vajiralongkorn, quien cumple años en esa fecha, muestra en público un acto masivo de clemencia y ordena el indulto para miles de presos, así como conmutar la pena capital por cadena perpetua para muchos presos destinados a ser ejecutados mediante una inyección letal.
Sobre la pena de muerte en Tailandia, la última ejecución ocurrió en 2018, tras casi una década sin efectuarse ninguna. En el país asiático existen alrededor de 60 delitos que tienen como consecuencia a la pena capital, desde homicidio hasta tráfico de drogas. Pero lo cierto es que la gran mayoría de los delitos más graves son castigados directamente con la cadena perpetua.
El indulto que cambió la suerte del español
Segarra pasó años manteniendo su inocencia, insistiendo en que la verdadera asesina era la ex pareja de Bernat, una tailandesa llamada Pritsana Saen-ubon, y que todo era un complot entre ella y la policía para presentar pruebas en su contra.
De todas maneras, el español finalmente reconoció su crimen en una carta que, en 2020, desde su encierro en la prisión de máxima seguridad de Klong Prem, envió al rey pidiendo una clemencia que le llegaría en el 68 cumpleaños del rey de Tailandia Vajiralongkorn. En la misiva, Segarra reconoce que mató a Bernat la noche del 19 de enero de 2016 tras una discusión con la víctima.
Pero los investigadores tailandeses siempre han sostenido que Segarra secuestró a Bernat (un ingeniero y consultor de telecomunicaciones de 39 años que vivía en Teherán, pero que pasaba largas temporadas en Bangkok) y lo retuvo durante siete días en el departamento que tenía alquilado en la capital. Allí lo descuartizó.
Las cámaras de seguridad demostraron que ambos hombres estuvieron de fiesta aquel 19 de enero en el barrio rojo de la ciudad, y que volvieron en moto de madrugada al departamento de Segarra. No se volvió a ver a Bernat con vida.
Las autoridades no encontraron los restos del cadáver hasta el 30 de enero en el río. Como prueba, además de las muestras de ADN y las grabaciones de las cámaras de seguridad que evidenciaban la autoría del crimen, los investigadores encontraron extractos bancarios con transferencias de 930.000 euros desde las cuentas de la víctima.
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Fuente: El MUndo
