PhoTortul 1982
“El Equipazo de Don Siebel Camporino”
Alejandro Magno – La Quinta II Sección – V.C.Paz
Diciembre 2020
Gentileza de
HEROES Vintage Racing Bar

Me llegué a La Quinta II Sección, para producir esta singular foto, para más datos, donde la calle Alejandro Magno abandona el mundanal ruido del sector entre La Quinta y Los Carolinos, para trepar, serpenteante, en forma de coqueto Boulevard, hacia sectores más calmos.

Allí se da el encuentro en formato de trío, la charla y estas fotos:
Click… click
…donde Don Siebel Camporino es recordado, a través de otra foto, en papel, por sus hijos Silvina y Carlitos.

Cuanto para contar.
¿Por dónde empezar?!?

Don Siebel Camporino hubiera cumplido ayer (más allá de papeles que digan días más o días menos) 100 años.
Un Siglo de su natalicio.

Don Siebel era originario de Quilmes, a orillas del gran río, localidad con nombre de indios calchaquíes y sabor a cerveza argenta, aunque por estos años ya es brazuca.
Vino a esta zona de las sierras cordoobesas a laburar de albañil, con su mujer ‘La China’ Dora Esther Metón y su primogénito Carlitos, un bebé, instalándose en la cercanías del monumento al Indio Bamba, hoy ya muy poblada pero que en esos años era campo abierto y ondulado.
Silvina ya es NyC… de aquí.

Una afección cardíaca lo aleja de la construcción, y lo lleva a ‘reinventarse’, como se dice ahora, como comerciante.
Con sus propias manos realiza su última obra ladrillera levantando el Kiosko Quilmes en una esquina estratégica, frente al Reloj Cucú, donde hoy está La Meleria y con fondos sobre el Becerra.
Sarmiento Y Cassaffousth.

Allí, ya asentado como comerciante, junto a Su China e hijos, tiene tiempo para desarrollar su gran pasion: El Fútbol.

Ya en Quilmes había sido técnico del ‘cervecero’, y por afinidad de colores, acá simpatizó con los ‘Azules’ de La Cuesta. Comenzó realizando en el Club Carlos Paz una interesante tarea de apertura social en una Institución histórica, pero claramente identificada con la clase media carlospazonza.

Don Siebel rompió ese esquema incluyendo niños y jóvenes de otigen muchos más humilde, cosa que generó ciertos conflictos que lo llevaron a abandonar dicho Club.

La segunda etapa fue en el Centro Italiano Cultural y Recreativo de Villa Carlos Paz, donde Don Julio Armili, Isaia Dalla Nora y otros gringos, le abrieron las puertas, gustosos de que se abran así, nuevos horizontes para esta señera Institución. Allí recaló Don Siebel, con varias divisiones, que lo siguieron sin dudar.

Luego de años y logros, ya sin posibilidades de crecer en el Centro Italiano, se va de la mejor manera, y traba negociaciones con Don Roqué en el Jockey Club, que de deporte no tenía nada… y estaba todo por hacer.

Allí, con los colores anaranjados, Don Siebel realiza su mejor obra que no es la deportiva, por cierto… sino la Social.

Enclavada la cancha en pleno Barrio Obrero, Don Camporino armaba equipos dentro de la cancha con maestría y fuera de la cancha con dignidad. Hasta la circulacion de botines, de pie en pie (no da para poner de mano en mano), entre los pibes de mayores posibilidades y los mas carenciados.

Gran logro ese, con el fútbol igualando… casi como la idea de paridad que daban en la escuela los guardapolvos blancos.

Silvina y Carlitos, la bella y la bestia, cabellera negra y pelito blanco, se prestan entre risas y melancolía al juego fotográfico, con esta foto del Papi al medio.

“Lo más importante de su legado fue los valores que nos transmitió, y que trasladamos a nuestros hijos”. Dicen casi en stereo, juntos, a la par.

Con Carlitos compartió vida y cancha, dirigiendo juntos varias divisiones del ‘ioqui’ o bien el Jockey.

Con Silvina tuvo que ‘aceptar’ que el Futbol que tanto le dió… le robe a su hija: El Gato Miguel Salazar, un dirigido por él en las canchas y al que llevó a jugar en Quilmes durante 3 o 4 años; en ‘la vida real’, fuera de las líneas de cal, le ‘robó’ a La Nena.

Mara y Noelia son nietas de Don Camporino, hijas de Carlitos; y Luciano, Aixa y Jazmín sus bisnietos.

De parte de La Seño Silvina (y ese famoso y querido Gato), recientemente jubilada de atender Bajitos en el Jardin del  IESS donde fue muchos años su directora, Don Siebel recibió como nietos a Eluney y Giuliano, al que llegó a dirigir en una escuelita de Fútbol en el Club Los Gigantes, al final de su vida fecunda.

La vida de Don Siebel da para mucho más, y hay más, de hecho, que iremos compartiendo en video.

Pero los recuerdos que este posteo despertará en los Carlospazonzos estarán, lo intuyo, muy ligados a las bellas vivencias de ese kioskazo que fue El Quilmes para toda la barriada de ‘la otra banda’ del Pueblo; y al Fútbol y su particularidad social, quizás poco emulado hoy, en tiempos tan acelerados y porque no decirlo: individualistas.

Don Siebel entendía a La Pelota como una generadora de lazos, una vinculadora de vidas, una herramienta de igualdad.

“Mediante el Deporte se educa”, decía Don Campo.

Un visionario de las necesidades sociales, un adelantado en eso de amalgamar clases, o un Quijote si se analiza los tiempos actuales de personalismo e individualismo.

Queríamos rescatar hoy, a un siglo de su natalicio, su Genio y su Figura, ‘cervecera y carlospazonza’ desde su larga vida hasta en su sepultura.

Su impronta no será olvidada fácilmente, como pasa, en general, con la Gente de buenas políticas e intenciones.

Don Siebel Camporino, en el recuerdo, siempre.

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