Por Flavio Albarracín. En los últimos meses se han reportado denuncias de estafas por parte de damnificados y es por ello que durante la última semana los bancos salieron a alertar a sus clientes por esta nueva modalidad de estafa virtual.

El Débito Inmediato (DEBIN), es un mecanismo implementado para agilizar transacciones pero que comenzó a ser utilizado para realizar estafas mediante ardid y engaño por parte de cyberdelincuentes que siempre están al acecho.

Esto se profundizo dado que las restricciones instauradas y derivadas de la pandemia de COVID-19 provoco un auge de las transacciones de negocios virtuales, como pueden ser ventas u otro tipo de operaciones en las que se utiliza para la cancelación de las mismas dinero virtual.

Asimismo, los canales de comunicación a través de medios digitales cobraron protagonismo indiscutible a partir de la pandemia. En este contexto, se perfeccionan cada vez más rápido las modalidades de estafas y fraudes: perfiles falsos en redes sociales que envían mensajes directos, llamadas telefónicas, mensajes de texto o de WhatsApp y otras aplicaciones de mensajería, además de correos electrónicos engañosos para obtener datos personales y bancarios.

Todo esto ha generado, un escenario proclive a las estafas. A raíz de ello, los cyberdelincuentes han comenzado a emplear el conocido Débito Inmediato (DEBIN), que es un medio de pago online que genera automáticamente un débito en la cuenta de la personas que lo recibe, que puede aceptarlo o rechazarlo – que, a diferencia de las transferencias tradicionales, que a veces tardan hasta 48 horas, se realiza en el momento.

El sistema tiene un mecanismo que funciona entre cuentas en pesos y en dólares de todos los bancos a través de la banca por internet o la banca móvil. El DEBIN puede ser generado y cobrado por todos los clientes con cuentas, tanto en pesos como dólares, personas físicas o jurídicas.

A diferencia de otro tipo de operaciones, la otra parte no debe ser incorporada previamente y alcanza con solicitarle el nombre de la cuenta (ALIAS-CBU), sin agregar otros datos como el DNI o el CUIT. Además, se puede concretar todos los días, las 24 horas.

El sistema DEBIN entro en vigencia en septiembre de 2017 en todos los bancos con sistema de banca por Internet o banca móvil. Sin embargo, en el último tiempo se ha comenzado a alertar sobre un engaño vinculado a esta modalidad y que en las últimas semanas se ha profundizado.

La estafa consiste en que una persona que es presunta compradora, se contacta con el vendedor y le avisa a este que le hará un pago a través de este método y en vez de enviarle dinero, SE LO SACA, es decir SE LO DEBITA o RETIRA de la cuenta.

Por ejemplo, el estafador se hace pasar por un comprador y le manda un mail o un mensaje al comerciante con la leyenda: “Te envié el pago por DEBIN, acéptalo para recibir el dinero”. El texto viene acompañado de un link, que la persona al aceptar, en vez de recibir dinero se le debita de su cuenta.

Lógicamente para que ello suceda la persona timada debe tener saldo en su cuenta por el monto del débito aceptado o bien disponer de acuerdo en giro en descubierto con su banco para lo cuál el CBU informado por el vendedor debería ser el correspondiente a una cuenta corriente.

En los últimos días los bancos comenzaron a enviar mails a sus clientes, alertando por esta modalidad y recomendaron que para evitar ser víctima del engaño, hay que asegurarse que la persona que solicita el DEBIN “es con quien acordaste la operación”, “conociendo el motivo de la transacción e informándote sobre este medio de pago”.

Hace unos días atrás circuló en las noticias el caso de Georgina, que es dueña de un local de venta de muebles y sillones de la localidad de Martínez. En dicha ocasión un supuesto cliente se contactó con el negocio pidiendo precios y opciones para comprar un sofá.

Tras intercambiar mensajes y fotos de la mercadería, el cliente eligió acceder a uno de los modelos más costosos y pidió abonar por transferencia bancaria.

Bajo el argumento del precio del producto, el cliente dijo que necesitaba permisos especiales para hacer la operación. Pidió hablar con la administración del local.

El estafador estaba próximo a lograr su cometido: tras ponerse en contacto con una empleada administrativa, le indicó que necesitaba realizar un paso más para hacer la transferencia de dinero, ya que se trataba de un depósito que necesitaba de su autorización.

Le indicó que ingrese a la banca por Internet y que acepte la transferencia que le está llegando. Pero no resultó ser una simple transferencia, fue un DEBIN, un pedido para que el comercio le transfiera la plata a él. La empleada dio el visto bueno sin darse cuenta que había aceptado transferirle el monto del valor del sillón al estafador.

Pese a que Georgina avanzó con la investigación y pudo dar con la titular de la cuenta desde donde se originó el DEBIN, la dueña dijo que hacía años que no la utilizaba. El estafador retiró los fondos de inmediato y no se supo más nada.

También se registro un caso de un cliente productor de Malargüe que en ese caso la persona que intentaban timar se salvó de que le robaran $ 600 mil de su cuenta porque no tenía saldo suficiente ni había autorizado el giro en descubierto. Cuando se contactó con la policía, le comentaron que ya ha habido otros casos en Malargüe.

También se está dando este tipo de denuncias por parte de vendedores que ofrecen sus productos en portales específicos y plataformas de compra-venta, pero incluso podría emplearse el ardid para operaciones de compra de un automotor o una propiedad en casos por ejemplo de dar reservas o señas por dicha vía.

En tal sentido es muy importante que ante transacciones de este tipo los vendedores se asesoren con su contador de confianza, quien podrá ayudarlo a evitar un perjuicio económico producto de este tipo de maniobrar.

Otro caso se dio en la región de Rauch donde usurparon su identidad y estafaron a varias personas. En esta ocasión, en el mes de marzo un hombre lo llamó con la excusa de comprarle uno de los trabajos que Juan exhibe en su cuenta de Facebook.

Después de varias consultas telefónicas, el hombre cerró operación y se ofreció a entregar parte de la compra mediante una transacción bancaria con la idea de pagar el resto en efectivo cuando viniese a Rauch en busca de la mercadería.

El negocio finalmente se frustró. Fue luego de que Juan advirtiera que el comprador le exigía realizar una maniobra poco clara mediante cajero automático.

“Me pedía ir al cajero porque quería hacer una transacción mediante un sistema que se conoce como debin”, señaló el damnificado.

El caso se cerró. Todo parecía haber terminado. Meses después Juan Morales tomó conocimiento que aquel hombre de acento provinciano y de tono amable lo había engañado. Si bien no logró quedarse con su dinero, consiguió apropiarse de sus datos. Le robó su identidad y terminó estafando en su nombre a otras personas.

Los casos abundan y hay damnificados en Tandil, Juárez, La Plata y Capital Federal.
Ejemplo de estafa con DEBIN

Por ejemplo, en una publicación de un automotor se contacta una persona interesada en el vehículo y, dispuesta a señarlo a través de una transferencia, pide autorización a través del banco (con Debin). Esto genera una transferencia inmediata a una cuenta de un tercero, en lugar de recibir el dinero, este se descuenta desde la propia cuenta.

Para generar una mayor atención, el supuesto interesado en el vehículo (ejemplo) pide ver videos y fotos y apura la autorización de la transferencia. Además, advierten que el link puede llegar a través de Whats App.