
La situación en la Franja de Gaza se agrava día a día, generando una fuerte ola de indignación internacional ante la gravedad de la crisis humanitaria que enfrenta la población.
Más de 100 organizaciones internacionales, incluyendo a Amnistía Internacional, Save the Children y Cáritas, han emitido un contundente comunicado advirtiendo que tanto los residentes como los trabajadores humanitarios en Gaza están en riesgo de desaparecer ante la propagación de una hambruna masiva que ya ha cobrado la vida de al menos 10 personas en las últimas horas por inanición.
Desde el inicio de la ofensiva israelí en octubre de 2023, al menos 111 gazatíes, la mayoría niños, han muerto por falta de alimentos. La alimentación en la región se ha convertido en un drama insoportable, con precios que se disparan y recursos que escasean. La ONU ha denunciado que tiene en Egipto y Jordania el equivalente a 6,000 camiones de ayuda humanitaria, pero aún espera el permiso de Israel para ingresar a Gaza.
El bloqueo impuesto por Israel, que rompió el alto el fuego en marzo, impide que la ayuda llegue a la Franja. Después de 11 semanas sin ningún camión de ayuda, en mayo comenzó a canalizarse la asistencia a través de una organización privada, pero esto ha tenido un costo humanitario enorme.
Más de 1,000 personas han muerto en las zonas de reparto de comida desde que estas comenzaron a establecerse, con un aumento de 10 nuevas víctimas en un solo día, y los residentes enfrentan el dilema de arriesgar sus vidas para conseguir comida o dejar que sus seres queridos mueran de hambre bajo el sol.
La situación en los hospitales es cada vez más crítica. El doctor Khalil al Daraqán, portavoz del Hospital al-Aqsa en Deir al-Balah, informó que las instalaciones ya no pueden ni siquiera proporcionar leche en polvo a los lactantes, mientras que la desnutrición infantil se ha disparado, con más de 5,000 niños menores de cinco años tratados por esta causa solo en mayo, según la ONU y UNICEF. La escasez de alimentos y medicinas, unida a los constantes bombardeos y desplazamientos, han sumido a Gaza en una crisis sin precedentes.
El reciente ingreso de tropas terrestres en Deir al-Balah, una ciudad que aún conserva más infraestructura y hospitales en pie, ha intensificado aún más la tensión y el sufrimiento. La comunidad internacional continúa exigiendo el fin de la ofensiva y la apertura de los corredores humanitarios para aliviar el calamitoso escenario.
Los precios exorbitantes, la destrucción de recursos básicos y el desgaste emocional y físico de la población hacen que Gaza se enfrente a una de sus peores crisis en décadas, con un saldo mortal que supera ya los 59,000 muertos y 142,000 heridos, según cifras oficiales del Ministerio de Sanidad.
Mientras tanto, la comunidad global observa con preocupación y demanda acciones inmediatas para detener esta tragedia que amenaza con consumir a toda una comunidad vulnerable en medio del conflicto.
Fuentes: El País, BBC.




