La hotelería argentina está en estado de alerta: según datos del sector, por cada $100 que se cobran en tarifa, $60 se destinan al pago de impuestos.
La carga impositiva, sumada a aumentos descomunales de costos —entre 300% y 500% en tarifas de servicios e impuestos inmobiliarios—, y una fuerte caída de la demanda, conforman un escenario que amenaza con el cierre de establecimientos.
Gabriela Ferrucci, presidenta de la Asociación de Hoteles de Turismo (AHT) a nivel nacional, afirmó: “Estamos perdiendo 10 puestos de trabajo por día. De cada $100 que paga un huésped, $60 se los lleva el Estado. Esta presión tributaria está destruyendo una de las ocho industrias más representativas del país”.
Con la temporada invernal ya en marcha, lo que debería ser un respiro para los hoteles se convirtió en un nuevo golpe. “Otros países promueven el turismo como generador de empleo, pero en Argentina las políticas actuales están provocando un deterioro constante. Necesitamos medidas urgentes: una de ellas es la reducción del IVA, algo que incluso puede implementarse por decreto”, explicó Ferrucci. La propuesta consiste en llevar la alícuota del 21% al 15,75%, algo que permitiría ganar competitividad frente a otros destinos.
La situación en Córdoba
Desde Córdoba, Marcelo Salas, presidente de la filial local de AHT, coincidió con el diagnóstico: “La situación es crítica. En nuestra provincia también sufrimos subas de impuestos provinciales y municipales. La caída del turismo extranjero es brutal, especialmente en ciudades como Buenos Aires donde se redujo en más del 80%”.
Salas explicó que Córdoba tiene una estructura algo más resiliente gracias a su alto porcentaje de turismo nacional, pero eso no evita el impacto: “Muchos argentinos están eligiendo vacacionar en el exterior por el dólar apreciado, y acá el negocio se achica. Con servicios que aumentan un 400% y cargas impositivas que nos sacan competitividad, no hay forma de sostener tarifas sin perder clientes”.
Además de la rebaja del IVA, desde el sector proponen incorporar el gasto turístico formal como deducción especial en el Impuesto a las Ganancias. “Sería un incentivo directo al consumo interno y, al mismo tiempo, premiaría a los establecimientos registrados”, señaló.
“Nuestra industria tiene más del 92% de formalidad laboral y genera 4 veces más empleo que las industrias pesadas por el mismo millón de dólares invertido. El Estado debería valorar eso”, aseguran desde el sector.
Desde la AHT confirmaron que ya mantienen diálogo con el gobierno nacional para avanzar con estas propuestas. “La situación es delicada, pero creemos que con medidas correctas se puede revertir”, aseguró Salas. Por ahora, el sector espera respuestas concretas antes de que la crisis se transforme en un derrumbe irreversible.