La cadena Garbarino cerró diversas sucursales a partir de los problemas financieros que se profundizaron con la fuerte caída del consumo en los últimos años. Mientras busca un comprador, se enfrenta con una deuda millonaria y está pendiente el futuro laboral de unos 3.800 empleados, quienes están cobrando el sueldo de los últimos tres meses en cuotas.

Según fuentes sindicales los cierres son en todo el país. Sin embargo, desde la empresa dicen que no es verdad.

Esta semana Carlos Rosales, dueño de la cadena, rechazó la oferta de compra que propuso Facundo Prado, propietario de la firma de telecomunicaciones Supercanal Arlink. Ahora busca nuevas alternativas para la mayor cadena de electrónica y electrodomésticos del país.

La opción de compra que tenía Prado venció ayer y ahora en Garbarino sostienen que están en negociaciones con otros dos interesados, aunque prefieren no dar a conocer sus nombres.

A pesar de la reestructuración que logró Rosales con los bancos acreedores que financiaron unos $4.000 millones, según fuentes del sector, la deuda total de la empresa, con proveedores y otros, ascendería a unos $15.000 millones.

Además, la compañía tiene paradas desde hace 45 días sus plantas de Tierra del Fuego –que maneja bajo la marca Digital Fueguina– por una medida gremial. El Grupo Garbarino, integrado por la cadena de electrodomésticos e informática (Compumundo), las fábricas del Sur y sus negocios financieros y de viajes, suma un total de 3.800 empleados.

Desde la empresa

Sobre la situación de la empresa, sus actuales dueños prefieren no hablar de crisis, dicen que siguen buscando alternativas y que se trabaja sobre tres ejes para recuperarla. Primero, resolver la mora de los sueldos.

Desde la empresa detallaron que volvieron a firmar un acuerdo de confidencialidad con “una empresa americana grande de e-commerce” para que se sume como socio. No dieron más detalles al respecto.

Hablan también de que la segunda ola impactó fuerte en la cadena y que hizo caer las ventas en un 60% en abril y 75% en mayo. “El flujo de caja se vio afectado y eso derivó en el atraso en los sueldos”, justificaron.

Los trabajadores

La Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios (Faecys) abrió a fines de la semana pasada un expediente en el Ministerio de Trabajo –mediante una carta firmada por su secretario general, Armando Cavallieri– en el que aseguran: “Habiendo tomado conocimiento de que la firma Garbarino SAIC ha procedido a cerrar la totalidad de sus sucursales en todo el país, es que venimos a solicitar de forma urgente se fije una audiencia con la empresa mencionada con el fin de que se aclare la situación por la que está atravesando dicha firma”.

Según empleados de Garbarino que hablaron con Infobae, el jueves pasado la empresa dio la orden de cerrar todas las sucursales por “complicaciones mayores que se podrían dar en el contexto que estamos atravesando”. Temían saqueos: que los trabajadores se llevaran la mercadería como parte de pago de los sueldos adeudados, algo que estuvo a punto de pasar en sucursales del interior.

El viernes pasado, sin embargo, algunos gerentes volvieron a abrir sus locales.

Fuente: El economista/Infobae.