En Argentina se estima que hay entre 660 y 800 ejemplares de Aguará Guazú en las provincias del litoral y del noreste del país.

Este animal, conocido como “zorro con zancos”, aunque no pertenece a la misma especie, y que hasta hace algunos años tenía gran presencia en el territorio argentino, está en peligro de extinción por la acción humana.

El Aguará Guazú se deja ver poco, es muy arisco y escapa con sus patas largas y su habilidad para moverse por pastizales y humedales al mínimo atisbo de amenaza. Tiene un aullido característico que espanta a más de uno.

Como características físicas, cuenta con pelos alargados sobre el cuello de color negro oscuro, que forman una crin. La cola, relativamente corta, es casi en su totalidad de color blanca. Y pueden llegar a pesar entre 20 y 34 kilos.

La Fundación Rewilding Argentina que se dedica a estudiar y reintroducir en su hábitat a especies amenazadas y en extinción, logró captar a las crías de ésta, una de las especies más difíciles de ver. Allí, en los Esteros del Iberá, lograron captar a una pareja a la que llamaron “Preta”y “Malevo” y a sus tres cachorros.

Esta especie, que inspira la leyenda del lobizón en el noroeste argentino, no representa una amenaza para el ser humano, porque caza presas pequeñas como roedores y pájaros (y sus huevos), pero también come frutas y plantas.