Un joven de 24 años murió electrocutado el pasado martes en la ciudad de Córdoba mientras tomaba agua de una canilla.

El hecho ocurrió cuando la víctima, que salía de trabajar en una rotisería de barrio Acosta, quiso tomar agua de un pico y recibió una descarga eléctrica. El joven comenzó a convulsionar y el dueño de la rotisería, que lo acompañaba, llamó al servicio de emergencias y a la Policía. Los esfuerzos por salvarlo fueron en vano.

Según trascendió, la canilla estaba sobre una pared electrificada por una conexión clandestina de un carrito que vende choripanes ubicado en la esquina de las calles Ramos Mejía y Agustín Garzón.

El fiscal Guillermo González investiga el hecho.