Agustín Torres Gagliano tenía 17 años cuando se cayó jugando al fútbol y tuvo que operarse la muñeca por un intenso dolor. El 5 de agosto de 2013 entró al quirófano del Hospital Ferreyra de Córdoba donde algo salió mal y quedó cuadripléjico.
Pasó 6 años y cuatro meses en ese estado, internado, conectado a máquinas y luchando contra innumerables complicaciones, hasta que falleció el 30 de diciembre de 2019.
Las sospechas de la familia son que, tras ser anestesiado sufrió un paro y el quirófano no estaba preparado para asistir una urgencia a tiempo, por lo que pasaron varios minutos hasta estabilizarlo. Por tal motivo, la familia realizó una denuncia por mala praxis pero la causa no avanzó y ni siquiera hay imputados.
El abogado de la familia, Carlos Nayi, explicó a El Doce que la Justicia determinó que “lo ocurrido estaba dentro del riesgo que permite la actuación de la anestesista”, aún cuando la operación duraba menos de 1 hora y solo requería anestesia regional, ni siquiera local.
Por tal motivo, los médicos y la anestesista que realizaron la intervención quirúrgica, pudieron continuar trabajando con normalidad pese a lo ocurrido.
Ante esta situación, el letrado presentó un recurso extraordinario para pedir que la Corte Suprema de la Nación analice y revea la situación, teniendo en cuenta el trágico desenlace que significó para Agustín.





