Un hombre extravió su billetera y la encontró un adolescente en el Parque Sarmiento.

El joven se puso como meta encontrar al dueño y la historia tuvo un final feliz.
Con una noble acción, Lautaro devolvió algo que no era suyo y conmovió a tres hombres que lo ayudaron a encontrar al dueño de la billetera y además escribieron una carta que entregaron a la directora de la escuela a la que asiste el adolescente.

“Mi mamá me enseñó a no quedarme con nada que no sea mío”, comenta el joven de 16 años que quiso localizar al propietario que perdió la billetera en el Parque Sarmiento y que él encontró a la salida del colegio.

Oscurecía en el parque cuando, de casualidad, Lauti encontró la billetera tirada en el piso cerca de donde se encontraban un grupo de hombres entrenando. El chico se acercó a preguntarles si era de alguno de ellos y le respondieron que no. En ese momento les contó que quería encontrar a su dueño.

De esta manera, Marcelo, Miguel y Gerardo, integrantes del grupo de deportistas veteranos, le ofrecieron llevarlo hasta el domicilio que figuraba en el DNI que estaba en la billetera. Ahí entregaron el objeto perdido con el dinero y la documentación a la sobrina de Pablo Oviedo, el hombre que había extraviado su cartera.

La historia conmovió tanto a los hombres que se propusieron homenajear el gesto del Lautaro. La decisión que tomaron fue redactar una carta y llevarla a la escuela a la que asiste el joven: el IPEM N.º 38 “Francisco Pablo de Mauro” que está a metros del principal parque de la ciudad.

Un gesto poco común

“La siguiente nota es para resaltar el buen comportamiento y la honestidad del alumno Lautaro, ya que, en estos tiempos, lamentablemente, es poco común. Por lo que a través de usted/es queremos felicitar, destacar y hacer pública la buena acción del alumno de esa institución. Como ya se aproxima el día del estudiante nos pareció oportuno hacerle este sencillo, pero sentido homenaje a Lautaro”.

La directora del IPEM, Mariel Graciarena, decidió leerlo frente a los compañeros de Lautaro del 5to “D” turno tarde y no pudo contener las lágrimas por la emoción.

Los tres hombres que firmaron y presentaron la carta se enteraron en la escuela acerca de la historia de vida del adolescente. Se comprometieron a visibilizar su gesto y tratar de ayudarlo en los próximos años.

Una familia que lucha para salir adelante

“El día que encontró la billetera no teníamos para hacer de comer y cuando me contó eso casi me muero de amor. Me enorgullecí tanto porque él no sabe si tengo o no plata, él sólo sabe que tiene que actuar bien”, contó Flavia, su mamá a PERFIL CÓRDOBA.

Lautaro es el tercer hijo de Flavia, madre de cuatro varones y una niña: Jhonatan (23), Agustín (20), Santino (12) y Tiziana (11). El protagonista de esta nota vive con tres de sus hermanos y su mamá en un departamento de un monoblock de barrio Rivadavia, a metros de la avenida Amadeo Sabattini.

El padre de la familia, Santiago Juncos, perdió la vida en 2012 en un accidente de tránsito en La Rioja mientras trabajaba como camionero para una empresa de transporte de la localidad de Pilar. La mujer estaba embarazada de la nena cuando su marido murió a los 31 años.

Quebrada de dolor, Flavia salió adelante como pudo con sus cinco hijos y trató de ofrecerles la mejor calidad de vida. La situación se invirtió cuando la mujer se enteró que padece cáncer de útero y ahora son ellos los que llenan la casa de amor.

“Hago pan casero, ensalada de frutas y tortas. Lauti siempre está en todo y me ayuda. Incluso me prepara los bizcochuelos cuando a mí me deja tirada la quimioterapia”, relató.

El adolescente va a terminar la secundaria porque se lo pide su mamá. No tiene materias previas y no debería tener inconvenientes para culminar esa etapa. “Los dos más grandes no la terminaron y ahora quiero que Lautaro y los otros dos puedan completarla”, remarcó Flavia.

Lauti contó que quiere tener un trabajo después de terminar la secundaria para poder ir a vivir a Buenos Aires: “Quiero entrar a la Armada Argentina. Mi hermano mayor está en el Ejército, el del 20 en la Fuerza Aérea y yo quiero ser marino”.

Lautaro,  trabaja como alcanzapelotas en un torneo privado de fútbol y “dos veces al mes me llama un señor para descargar bolsas de un camión”.

El adolescente, hincha de Belgrano, River y fan del futbolista Matías Suárez, no tiene teléfono porque se lo robaron y en casa no hay plata para uno nuevo. No hay dinero, pero hay amor. Y lo que sobra es dignidad.

 

Fuente y foto: Perfil Córdoba