Las imágenes de fiestas clandestinas se repiten en las historias de las redes sociales de sus organizadores (captura Instagram)

Los especialistas de todos los niveles de la Salud lo dicen desde hace meses: las mayores fuentes de contagios se dan en las reuniones sociales en las que los protocolos no se respetan. Y si bien todavía no se habla de un brote en Carlos Paz y en la región, la suba considerable de casos de Covid-19 es un espejo de lo que sucedió sobretodo en el receso de Semana Santa.

Desde el verano, la actividad de los agentes de Seguridad Urbana creció de manera exponencial en el intento de frenar lo irrefrenable, las ansias de un sector de la sociedad de salir, bailar y estrechar vínculos sin ningún tipo de protocolo.

Volvieron las fiestas de egresados, los teatros, los bares, las discos transformadas en restaurantes que a cierta hora y con la complicidad de los asistentes levantaron los protocolos, y de a poco todo se fue relajando. Los controles también se relajaron.

“Los que trabajaban en relaciones públicas de los boliches que tuvieron que cerrar o reconvertirse no se quedaron quietos: tienen en agenda a cientos chicos y movieron la noche de otro modo”, dijo un empresario de la noche de Carlos Paz a este medio en tono de crítica a la decisión del Gobierno de no habilitar las discos con protocolos.

Esto ya dejó de ser un fenómeno espontáneo para transformarse en un negocio. Cuentas de Instagram se dedican a la organización de estos eventos, cobran entradas y venden bebidas. También hay un circuito de dj’s trabajando día a día en los diferentes “points”, así llaman a los lugares secretos donde se producen las fiestas y que pocas veces se repiten.

Convocatoria

Los teléfonos ya ni siquiera suenan. Las redes sociales, Instagram sobre todo y “los estados” son la forma más usada para convocar a los chicos a las fiestas.

En uno de los casos que se conocieron este fin de semana, el dueño de un pub del centro fue imputado como presunto organizador de una fiesta clandestina en una casa de Villa del Lago.

Otro tanto pasó en la Costanera durante el verano. Los vecinos se cansaron de denunciar los encuentros de cientos de jóvenes que empezaron a desarticularse ya cuando la temporada de verano estaba terminando.

“Estaba con mis amigas en un bar y nos invitaron a una clandestina en la Costa”, contó una joven estudiante de secundaria de Carlos Paz. “Cuando llegamos vimos que estaba la Policía diciéndoles a los que estaban que se fueran”.

Otra característica que tienen este tipo de reuniones o fiestas es que si se desarticula una, siempre hay otra en otro punto de la ciudad a la que pueden acudir los más jóvenes.

Parece difícil el control si solo se espera que el evento se produzca o que algún vecino llame por teléfono diciendo que hay música fuerte y muchos autos en determinado lugar., pero accediendo a las cuentas de estos dj’s y relaciones públicas es muy fácil saber cuando se producirá la siguiente “clandestina”.

Una fuente del COE le dijo a Carlos Paz Vivo! que la mayor cantidad de contagios se está dando en el grupo etario de entre 15 y 25 años y sólo por ahora eso es lo que hace que la capacidad de camas no se haya desbordado en los centros de salud de la región.

“El tema es que esos jóvenes son los que les transmiten el virus a su familia, a sus padres y abuelos y ahí es cuando se complica la situación”.

En otro plano, hay otro tipo de eventos que se están dando y que pasan inadvertidos. Los encuentros deportivos que se dan en los barrios alejados del centro que reúnen a decenas de personas y en los que hasta se arman los clásicos buffet de venta de bebidas. Se dan los fines de semana y si bien cuando la cuarentena era más estricta hubo algunos que se desarticularon; una vez que empezó el relajamiento y la temporada de verano, se liberaron y se llevan a cabo sin ningún tipo de inconveniente.

Si bien no se prevén por el momento acciones concretas para restringir actividades en la ciudad, tanto en Carlos Paz como en el resto del país las expectativas están centradas en lo que se plantee desde el Gobierno nacional.

De cientos de detenidos a ninguno

En tiempos de cuarentena estricta, todos los días se difundía la estadística de detenidos por violar las restricciones. Personas que circulaban en horario nocturno no permitido, fueron detenidas y prontuariadas por violación al artículo 205 del Código Penal. Con el paso de los meses, esa información se dejó de dar en consonancia con la situación real: no hubo más detenciones más allá de la explosión de eventos y fiestas ilegales que se desarrollan todos los fines de semana.