Días atrás se dio el segundo incremento de GNC en el término de dos meses y esto impactó a los consumidores; pero principalmente a aquellos que utilizan este combustible como principal insumo de su medio laboral, como lo son los taxistas.

Los trabajadores del volante se pusieron alerta ante esta situación, ya que manifiestan que hubo una serie variables que hicieron que su situación sea muy difícil.

“Tuvimos dos veces aumento de gas y es imposible mantener los autos, porque también se deterioran, y los repuestos y la mano de obra también son caros; todo aumenta”, expresó la taxista Tania Regina.

Además, se refirió a cómo se viene desarrollando la actividad desde el comienzo de la pandemia, en marzo.

La trabajadora señaló que “cayó muchísimo el movimiento”; pero lo que más preocupó a los trabajadores es la caída de viajes que hubo desde que comenzó a funcionar nuevamente el servicio de transporte público de pasajeros.

“Con la vuelta de los colectivos urbanos, que tiene el boleto a 30 pesos, se desplomaron los viajes. Por más que la frecuencia sea distante y se tarde mucho tiempo, la gente espera y elige ese medio porque no tienen plata”, opinó.

En este sentido, ejemplificó: “Teníamos una facturación bruta de entre 3000 y 3500 pesos por día y ahora estamos haciendo entre 1800 y 2000 pesos. De ahí tenemos que sacar la comisión del chofer más los gastos del combustible y demás; y no se llega. Si se rompe el auto no lo podemos arreglar”.

Ante esta situación, dijo: “necesitamos un aumento. Por ordenanza, en diciembre se tiene que debatir el incremento; pero lo necesitamos porque así no se puede seguir”. Cabe recordar que actualmente el valor de la bajada de bandera es de $61.30 y la ficha cada 100 metros de $3.60.

Y cerró: “Un chofer trabaja mínimo 12 horas y lleva a su casa entre 300 y 400 pesos. Necesitamos que haya una ayuda para los choferes, porque no se llega”.