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La reciente decisión del Gobierno argentino de reducir gradualmente los aranceles a la importación de celulares, con el objetivo de equiparar los precios con los mercados vecinos como Chile, ya comenzó a generar repercusiones del otro lado de la Cordillera. Mientras la medida despierta expectativas entre los consumidores argentinos, el comercio y el turismo chileno se reorganizan para no perder un flujo clave: el del turismo de compras tecnológico.

Durante años, los argentinos cruzaron masivamente hacia Chile para adquirir celulares, notebooks y productos electrónicos a precios mucho más accesibles que en su país. La diferencia era abismal: un iPhone 16 Pro Max o un Samsung Galaxy S24 FE podía costar la mitad que en Argentina. Esta situación generó un fenómeno sostenido de “turismo tecnológico”, especialmente en ciudades como Santiago, Valparaíso y Concepción.

Pero con la eliminación total del arancel para celulares prevista para enero de 2026, y una primera baja que comenzará a regir en los próximos meses, el escenario se modifica. Si bien aún no se refleja una caída de precios inmediata en las tiendas argentinas, muchos consumidores ya están postergando sus planes de viaje, a la espera de que la tecnología sea más barata en su país.

Chile no se queda quieto: descuentos y beneficios para turistas

Lejos de resignarse, el comercio chileno comenzó a desplegar una serie de estrategias para mantener su atractivo como destino de compras. Entre ellas:

  • Tiendas de electrónica como PC Factory y Solotodo ofrecen descuentos específicos para turistas extranjeros que presenten su documento de identidad.
  • Mallplaza, una de las cadenas de centros comerciales más grandes del país, lanzó una tarjeta de beneficios exclusiva para turistas internacionales, que otorga hasta 30% de descuento en locales adheridos, incluyendo gastronomía, moda y tecnología.

Los descuentos no son menores. Un Samsung Galaxy S24 FE de 256 GB, cuyo valor de lista en Chile ronda los 800.000 pesos chilenos (USD 847), se encuentra actualmente en promoción por $579.990 (USD 707 / ARS 707.000), mientras que en Argentina su valor es de $1.050.000 al contado o hasta $1.490.000 si se paga en cuotas.

En el rubro de notebooks de alta gama, también hay ejemplos contundentes. Una Lenovo Legion 9, orientada a gamers, está rebajada en Chile a USD 4.239, mientras que en Argentina supera los USD 4.850, si es que se consigue.

Una respuesta que trasciende la tecnología

La estrategia chilena no se limita a los precios. Apunta a ofrecer una experiencia de compra integral, combinando beneficios en diferentes rubros y reforzando el atractivo del país para turistas que buscan algo más que tecnología. La alianza entre comercios, shoppings y el sector turístico busca sostener el flujo de visitantes argentinos que, además de comprar, comen, se hospedan y consumen en múltiples sectores de la economía chilena.

¿Fin del turismo tecnológico?

Aunque el nuevo esquema argentino promete precios más competitivos a futuro, la transición no será inmediata. La baja de aranceles aún no se refleja en los precios locales, y la falta de previsibilidad económica podría seguir incentivando los viajes por un tiempo más.

Mientras tanto, la competencia comercial entre Argentina y Chile ya se está jugando, y tiene a los consumidores como principales beneficiarios. La pregunta que queda abierta es si, una vez que los aranceles desaparezcan por completo, el país podrá igualar los precios de Chile, o si seguirá siendo más barato —y tentador— cruzar la Cordillera.