Minutos después de que Hayden Mark Davis, supuesto asesor tecnológico y figura clave detrás del memecoin $LIBRA, saliera del despacho presidencial, una transferencia de US$507.500 fue registrada desde su billetera digital hacia una cuenta anónima.

La operación, revelada por el perito informático Fernando Molina ante el Congreso, ocurrió apenas 42 minutos después de la selfie que el propio Milei publicó junto a Davis en redes sociales, impulsando con ese solo gesto el precio de la criptomoneda antes de su lanzamiento.

Por otro lado, se divulgó que Davis también habría enviado más de US$1.275.000 a otra dirección oculta el día anterior al lanzamiento público de $LIBRA.

En los días siguientes, se detectaron más movimientos sospechosos: US$2 millones en USDC, distribuidos entre billeteras sin identificar, utilizando plataformas como Gate.io y Bitget. Todo antes del derrumbe brutal del token y la pérdida de más de US$250 millones por parte de pequeños inversores.

El patrón se repite: compras anticipadas, picos de precio gracias a la promoción del presidente y ventas masivas justo antes del desplome. El método es de manual.

Billeteras congeladas

El Departamento de Justicia de EE.UU. y la SEC ya actuaron: congelaron billeteras con más de US$280 millones en activos digitales relacionados al escándalo. En Argentina, la jueza María Servini avanza con una investigación que ya involucra a Javier Milei, Karina Milei y otros miembros del entorno presidencial. También se pidió información financiera al Banco Central y la UIF.

Davis, por su parte, intenta una jugada defensiva: propuso devolver hasta US$100 millones de forma “voluntaria” y afirma haber actuado como custodio de fondos, no como estafador. Sin embargo, filtraciones de chats donde alardea de “controlar a Milei” y menciona posibles pagos al entorno presidencial complican su posición.

Mientras tanto, el token $LIBRA perdió más del 80% de su valor, los foros cripto estallan en furia y miles de argentinos —e inversores internacionales— piden respuestas. Desde la oposición, ya se exige una comisión investigadora en el Congreso.