Se llama Fabián Tissera y hace un año vio un negocio en donde otros observaban una grieta insalvable. “Este tipo comprendió lo que es el capitalismo”, sintetizó el parroquiano de un bar de la zona de boulevar San Juan, en pleno centro de la capital provincial.

En una de las marchas que se organizaron para apoyar la sanción de la ley de aborto libre y gratuito, Fabián vio que la mayoría de las mujeres y varones que participaban llevaban un pañuelo verde atado en la muñeca o en bolsos y mochilas. Y se dio cuenta que podía usufructuar esa “moda”.

Así, en la siguiente marcha ya puso en movimiento su “negocio” y vendió más de lo que pensaba. De a poco entendió que había otros “pañuelos” por hacer y junto a la mujer que los hace en su taller, comenzaron a producir los de color “celeste”, que llevan quienes van detrás de la consigna “Salvemos las dos vidas”.

Pero no se quedó ahí: en la tienda extendida sobre una soga entre dos árboles de la vereda del boulevar San Juan e Hipólito Yrigoyen, Fabián tiene pañuelos de color rosa para los que impulsan el cumplimiento de la ley de maltrato animal; otros con la paleta multicolor que proponen los militantes del movimiento LTGB; los naranjas para los que impulsan la separación entre Estado e Iglesia Católica, otros con el rostro de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner.

Y  hasta hay un pañuelo negro para los fanáticos del Fernet.

Oportunidad de negocio

“Al otro día de la marcha a favor de la ley del aborto salí con los pañuelos verdes a la calle”, cuenta Fabián.

Los pañuelos cuestan 100 pesos y se venden mucho. La devaluación también afectó el precio: Salían 50 pesos al comienzo, estuvieron a 80 pesos hasta llegar al precio actual.

Los más vendidos son los verdes y los celestes, casi en la misma cantidad. Una muestra, quizás, de la fuerte polarización que existe en la sociedad sobre el tema de la ley del aborto libre y gratuito.

Fabián trabaja en las calles como vendedor ambulante desde hace 20 años. Dice que la “calle siempre fue y será dura”. Pero no se queja y siempre está observando qué negocio puede hacer para llevar el sustento a su casa.