mágenes del pozo excavado en la cocina de Joao Pimenta da Silva.BOMBEROS DE IPATINGA

Un vecino de Ipatinga, en Brasil, pasó más de un año excavando un túnel bajo su casa en busca del preciado metal y finalmente falleció al precipitarse accidentalmente por él.

Según informó el medio “El Mundo”, el sueño se convirtió en una obsesión mortal: Joao Pimenta da Silva, vecino de Ipatinga, en el Estado brasileño de Minas Gerais, soñó que debajo de su casa había oro. Un espíritu se le había aparecido por las noches para hacérselo saber. Convencido, Da Silva cavó un pozo en la cocina de su casa, un pozo tan profundo que llegó a tener 40 metros. Un pozo que terminaría con su vida.

“Joao pasó más de un año cavando el pozo y contrató a varias personas para realizar la excavación. Inicialmente, pagaba 70 reales brasileños (unos 13 euros) por día cuando el agujero era poco profundo, pero, a medida que aumentaba la profundidad, los costos también aumentaban”, dijo un vecino, Arnaldo Da Silva, a medios brasileños.

En los últimos días, la obsesión de Da Silva había crecido, hasta el punto de ofrecer 495 reales (92 euros) a cualquier persona que se atreviera a entrar al pozo y quitar la tierra. Da Silva se había encontrado con una gran piedra que no podía mover “y había rumores de que estaba considerando usar dinamita”.

Según el sitio de noticias G1, “en una de las tantas veces que el hombre se asomó al agujero para buscar algún indicio de ese metal precioso, perdió el equilibrio y cayó”. El fuerte impacto “le provocó la muerte inmediata”.

Antônio Wilson Costa, un amigo que ayudaba a Pimenta da Silva, fue testigo de la caída. Según él, el asiento de la víctima se soltó durante el accidente. “Cuando llegó arriba, el columpio empezó a deslizarse y se quedó atrapado en la cuerda por el brazo. Intenté sujetarlo, pero solo, no había manera de pedir ayuda”, relató.

 

Fuente y foto: El Mundo