En La Paz, un vasto operativo policial circundaba la Casa Grande del Pueblo, sede del Ejecutivo, donde cientos de integrantes de organizaciones sociales hacían guardia ante el trascendido de que jóvenes universitarios cruceños intentarían acciones de choque.

A horas de que venciera el ultimátum lanzado por líderes civiles opositores de los departamentos de mayoría opositora del país, el presidente de Bolivia, Evo Morales pidió hoy “paz” y ordenó el despliegue de cientos de policías alrededor de la sede de gobierno en la capital.

“Sólo hay paz cuando hay justicia social y ahí queremos decirles (a la oposición) que no vengan provocando al pueblo boliviano, a los distintos sectores sociales”, aseguró el mandatario al inaugurar una obra en la ruta que conecta la ciudad de Caracollo, en el departamento de Oruro, y Colquiri, en el de La Paz, en el oeste del país.

Morales, además, volvió a acusar de golpistas a los comités cívicos, que le dieron un ultimátum de 48 horas el sábado a la tarde, que vence hoy a las 19 (20 hora argentina).

“Quienes estamos aquí somos los nacionalizadores y los que están buscando un golpe de estado son los privatizadores”, sostuvo, citado por el diario local Página Siete.

Poco antes, en declaraciones a la radio San Gabriel, reproducidas por la agencia noticiosa estatal ABI, el mandatario había hecho “un llamado a defender la patria”, lo que en los días anteriores desembocó en multitudinarias manifestaciones oficialistas, principalmente en La Paz.

Luego de que a la tarde se informara que Morales tuvo que aterrizar de emergencia porque el helicóptero presidencial tuvo un problema técnico, cientos de policías antidisturbios comenzaron a rodear la Casa Grande del Pueblo y el Palacio Quemado -la actual sede del gobierno y la anterior-, en la capital, La Paz.

Ya a la mañana, la ciudad había amanecido con barricadas en distintas calles clave y algunas escenas de violencia entre choferes y manifestantes.

La zona sur, en la que más puntos de bloqueo instaló la oposición durante este tiempo, incluidos los fines de semana, presentaba barricadas reforzadas con el uso de llantas, piedras y maderas.

A lo largo del día, las protestas contra el presunto fraude del gobierno se trasladaron frente a instituciones públicas en varias ciudades como Sucre, capital del país y sede del Poder Judicial.

Los accesos a instituciones como el Tribunal Constitucional y la Fiscalía General del Estado de Bolivia quedaron afectados por protestas y bloqueos en esa ciudad.

Además, otra protesta obligó al cierre de sucursales del estatal Banco Unión en esta ciudad y otras urbes bolivianas.

La Alcaldía de Cochabamba, en el centro del país, en tanto, tuvo que cerrar durante buena parte de la mañana, mientras en la cercana ciudad de Quillacollo la puerta del gobierno municipal fue tapiada con ladrillos.

Un cartel junto al muro improvisado advertía que el ingreso estaba “clausurado por los vecinos”.

Las sedes del Servicio de Impuestos Nacionales del Estado, el Servicio Municipal de Agua Potable y Alcantarillado y la Defensoría del Pueblo también fueron destinos elegidos por las movilizaciones en Cochabamba.