Imagen: Boeing

El peligro es una constante en la vida de los astronautas, incluso cuando todo sale como se planea. La primera misión espacial tripulada de Boeing, con su módulo Starliner, ha demostrado ser un desafío considerable. El 5 de junio, Boeing lanzó su módulo espacial Starliner con dos astronautas a bordo, partiendo hacia la Estación Espacial Internacional (EEI) desde San Pablo, Brasil, marcando un momento histórico para la compañía.

El desarrollo del módulo Starliner ha estado plagado de retrasos, una situación esperada para una empresa que incursiona en la construcción de su primer módulo espacial. Sin embargo, esta misión en particular ha enfrentado numerosos obstáculos, y todavía no ha concluido.

El lanzamiento del Starliner fue pospuesto en cuatro ocasiones debido a problemas con el combustible y fugas de helio, causando una espera tensa para los astronautas Barry “Butch” Wilmore y Suni Williams. Ambos astronautas, con más de 11,000 horas de vuelo acumuladas entre los dos, soportaron semanas de cuarentena antes del lanzamiento.

Finalmente, el cohete Atlas V de United Launch Alliance (ULA) despegó sin contratiempos. El Starliner, con los dos astronautas a bordo, orbitó la Tierra durante 24 horas antes de acoplarse a la EEI el 6 de junio. La misión estaba programada para una estancia de nueve días en la estación, pero la NASA ha confirmado que el regreso a la Tierra no ocurrirá antes del 22 de junio.

El retraso se debe a dos fugas de helio y un problema con una válvula en el Starliner, descubiertos el 10 de junio. Los ingenieros están trabajando intensamente para solucionar estos problemas críticos, ya que cualquier error podría ser fatal durante el reingreso a la atmósfera terrestre.

Aunque la extensión de la misión no presenta problemas logísticos —la EEI tiene suficiente espacio, alimentos y oxígeno para los dos astronautas adicionales—, afecta la imagen de Boeing. La compañía espera competir con SpaceX por contratos de transporte con la NASA. La fecha provisional para el retorno del Starliner sigue siendo el 22 de junio, pero es posible que se necesiten más días para asegurar un regreso seguro.

Este contratiempo subraya los desafíos inherentes a las misiones espaciales y pone a prueba la capacidad de Boeing para resolver problemas técnicos en tiempo real, un factor crucial para su futura participación en misiones espaciales tripuladas.