Luego de varios meses los basquetbolístas -al igual que casi todos los deportistas- se reencontraron en el club para entrenar de forma presencial tras las prácticas virtuales que diagramaron los profes tratando de mantener el contacto con los jóvenes.

Las categorías inferiores del Club de Pesca retornaron a la actividad en el estadio Zisman-Germanetto y allí dialogamos con Francisco “Pancho” Quinteros, entrenador de las formativas auriverdes, para que nos cuente de que manera se llevan adelante las prácticas.

“Los chicos trabajan cada uno en su pasillo. Dividimos los espacios con cintas con el distanciamiento que indica el protocolo. Nosotros, los entrenadores, recorremos el estadio por el pasillo externo para no tener contacto”, detalló Pancho.

Como indica el protocolo habilitado por el COE y que diagramó la Federación Cordobesa de Basquet, “cada deportista tiene su rociador para desinfectar la pelota, conos u otros elementos que utilicen en la práctica, además de un lugar demarcado en las tribunas para dejar sus elementos personales, el cual también debe desinfectar”, aclaró el entrenador.

En cada práctica, el grupo de jugadores no tienen contacto con nadie externo ya que su ingreso y egreso de las instalaciones se ejecuta por diferentes puertas. “No hay habilitación de sanitarios y eso evita bastante el riesgo de contagio, teniendo en cuenta también que los chicos entran por la puerta que da a costanera y se retiran por la salida de San Martín”, subrayó Quinteros.