Con avances a nivel global, en la Unión Europea se adelantó una reunión para aprobar una vacuna contra el Covid-19, se inició la inmunización en toda Rusia y se espera la inminente autorización de otro antídoto en Estados Unidos.
La UE tomó nota y su Agencia de Medicamentos (EMA) anunció una reunión de urgencia para el 21 de este mes, ocho días antes de lo previsto, para evaluar la eficacia de esa inyección y aprobarla de una vez.
La nación germana registra un aumento sostenido de contagios (1,4 millones) y cifras récord de muertes (22.500) desde el inicio del flagelo.
En una reunión virtual con estudiantes, Merkel dijo que espera que el país regrese a una vida normal para octubre de 2021.
“Si tenemos éxito con la vacuna, tendremos una esperanza bastante grande de que para el semestre de otoño la situación se normalice, pero el invierno será difícil”, expresó la canciller, poco después de que el ministro de Salud, Jens Spahn, alertara que la “situación es más grave que nunca” y que la UE podría habilitar la vacuna estadounidense-alemana Pfizer-BioNTech el próximo 23 de diciembre.
Merkel volvió a lamentar la falta de disciplina que están teniendo algunos ciudadanos para cumplir con las medidas de prevención, un comportamiento que definió como “devastador”.
Estados Unidos volvió a ser noticia central al presentar otro récord de contagios y decesos, pero también al anunciar que el próximo jueves podría estar aprobada una segunda vacuna de laboratorio propio, Moderna, que se unirá a la ya autorizada de Pfizer-BioNTech que comenzó a aplicarse ayer a grupos de riesgo en lo que se avizora como la campaña de inmunización más grande de su historia.
Moderna cuenta con el 94,1% de eficiencia comprobada, aunque reconoció efectos adversos, normales pero no graves, tales como fatiga, dolor de cabeza, muscular y articular e inflamación de ganglios linfáticos.
Anthony Fauci, considerado el principal infectólogo del país y ya formando parte del equipo oficial del presidente electo Joe Biden tras su friccionado paso por el de Donald Trump, hizo un enfático llamado a los ciudadanos que aún desconfían o se muestran escépticos ante la vacunación a que dejen de lado ese temor.
“Sé que muchos desconfían de la vacuna por su rapidez en haberse desarrollado, pero quiero decirles que la velocidad no fue sacrificada por la seguridad, sino que fue reflejo de avances extraordinarios de la ciencia”, exaltó.
Fauci aprovechó la ocasión para recomendarle a Biden y a su vice Kamala Harris que se inoculen lo antes posible para estar completamente protegidos cuando asuman el cargo el 20 de enero, y dijo que también debiera hacerlo Trump para “estar doblemente seguro” tras haber contraído la enfermedad y tener que ser internado en octubre.
Tal como se había informado días atrás, Francia comenzó un desconfinamiento paulatino por el advenimiento de las fiestas, pero a cambio de remplazarlo por un toque de queda de 20 a 6, con excepción de la noche el 24, en tanto permanecerán cerrados restaurantes, bares, gimnasios, museos, cines y teatros hasta nuevo aviso.
Por su lado, el primer ministro de Suecia, Stefan Lofven, volvió a admitir que subestimó el resurgimiento del brote que hizo elevar el índice de contagios a 320.098 y el de fallecimientos a 7.514, mucho más alto que el de sus mucho más previsores vecinos nórdicos Dinamarca, Noruega y Finlandia juntos.
El Gobierno italiano ultimaba los últimos aprestos para implementar nuevas limitaciones a la movilidad interior y apertura de negocios a fin de evitar una tercera ola del patógeno, mientras que Rusia concluyó con la entrega de su vacuna Sputnik V a toda la población, luego de que su presidente, Vladimir Putin, ordenara dos semanas atrás una inoculación a gran escala.
Japón presentó el mayor número de internaciones desde el inicio de la pandemia y el Gobierno expresó su honda preocupación por los altos niveles de ocupación hospitalaria, mientras que Corea del Sur introdujo el nivel más fuerte de restricciones tras detectar 880 nuevos casos y transitar su peor momento del brote.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, dijo que firmará un decreto para adquirir vacunas, pero, siempre polémico, aclaró que quien decida inmunizarse deberá firmar un compromiso de responsabilidad en caso de sufrir efectos adversos.
La medida fue repudiada por los más prominentes epidemiólogos del país e incluso por la funcionaria Carla Domingues, infectóloga del ministerio de Salud, quien sostuvo que el objetivo de Bolsonaro “es hacer inviable una campaña de vacunación”.
Bolsonaro argumentó que su decisión es “porque el laboratorio Pfizer dice que no se responsabiliza por los efectos colaterales” y reiteró que la vacunación no debe ser obligatoria” sino privativa de cada ciudadano.
En renovada disidencia, el gobernador del estado de San Pablo, Joao Doria, anunció que, de no surgir percances, el 25 de enero estarán inoculadas ya 46 millones de personas con la vacuna china CoronaVac que Bolsonaro tanto desprecia.
Por último, el Gobierno paraguayo anunció una nueva batería de medidas restrictivas en medio de un alarmante incremento de contagios y que estos se disparen aún más en Navidad y Año Nuevo.
El presidente, Mario Abdo Benítez, presentó ante el Congreso una modificación de la ley de uso obligatorio de tapabocas mediante el aumento de multas y cierre temporal o definitivo de locales a los que incumplan con ese medida preventiva.