El seleccionado argentino de básquet disputó la gran final de la AmeriCup en el Orfeo Superdomo ante Estados Unidos.

El cotejo comenzó con una Argentina avasallante pero que después se fue desinflando. En el primer cuarto, la albiceleste tuvo a un Campazzo imparable y a la efectividad de Brussino que le dieron la ventaja, que con el correr de los minutos fueron acrecentando. Situación que perduró en el segundo cuarto: con el cordobés Facundo Campazzo como estandarte y un Nicolás Laprovittola colaborando en la distribución de la pelota. Y a eso sumandole la solidez de los juveniles Brussino, Garino y Deck el equipo que dirige técnicamente Sergio Hernández se fue al descanso con una diferencia de 15 puntos a su favor (42-27). Cerrando una excelente primera mitad.

Brussino fue la figura Argentina con 26 puntos.

La multitud que se hizo presente en el estadio empezó a calentar el ambiente, que se pusó cálido en el tercer cuarto gracias a algunas decisiones de la terna arbitral. Argentina se iría al descanso con ventaja de seis (56-50) y de a poco se fue quedando sin resto físico.

Al caer los minutos, los últimos del encuentro, Estados Unidos empató el partido 61 a 61 y puso en interrogante quién se llevaría el máximo premio. Argentina mostró cansancio y le permitió acercarse al equipo que dirije Jeffrey Van Gundy, le permitió tanto que pasó a ganar por 63 a 65 cuando restaban cinco minutos.

Un triple de Campazzo sirvió para acercarse cuando el partido se empezaba a complicar, pero el nerviosismo del equipo argentino complicó el panorama a la hora de defender a un Estados Unidos que apareció con todas las luces en el último cuarto.

Cuando caía el partido, los últimos 60 segundos, el marcador era favorable a USA 76 a 72. El calor de público se empezó a sentir y los cánticos no paraban de caer sobre el colegiado Locatelli. Errores en pelotas decisivas hizo que Argentina no pueda remontar un partido que parecía controlado.

Finalmente Argentina cayó 81 a 76 ante Estados Unidos. En la visita no hubo una clara figura pero siempre estuvo al acecho en el marcador y sorpresivamente se llevó la copa a su casa.

Con cara de frustación, los “pibes” argentinos dieron todo pero no les alcanzó. En está nueva etapa claramente habrá que seguir apostando y dándole apoyo a los juveniles ya que de su última visita a Córdoba Brussino, Deck y Garino han crecido a pasos agigantados y todo indica que este camino que recién empieza tendrá mucho por correjir pero también mucho por competir encada toreno que le toque decir presente.