Volar es símbolo de libertad; y esto se terminó convirtiendo en una realidad para un cóndor andino que estuvo varios meses en rehabilitación debido a su mal estado de salud.

Fue la Policía Ambiental quien liberó al ejemplar que habían rescatado a principios de este año porque tenía una dificultad que le impedía volar. Pero el final feliz no fue sólo para el cóndor, sino también para dos águilas moras que fueron recuperadas en otros procedimientos y ahora regresaron a la naturaleza.

En enero pasado, un vecino del paraje Dos Puentes en la localidad de Salsacate, observó que el cóndor cayó en su campo y alertó a las autoridades. Personal de la repartición capturó al ejemplar y lo trasladó al Centro de Rescate y Rehabilitación Tatú Carreta para su análisis clínico y sanitario.

El ave es un macho juvenil de aproximadamente tres años de edad que ingresó con bajo peso y, gracias a que respondió favorablemente al tratamiento de rehabilitación iniciado en su proceso de cuarentena protocolar, hoy puede regresar a su hábitat.

“Para nosotros es un día de orgullo porque estamos terminando un procedimiento que comenzó en el mes de enero con el rescate de un cóndor, que había caído en cercanías de Salsacate. Finalmente lo podemos liberar gracias a la ayuda del Tatú Carreta que se encargó de todo el trabajo veterinario. Devolver animales a su hábitat natural siempre nos pone muy contentos”, expresó Adrián Rinaudo, director de Policía Ambiental.

Los cóndores andinos son una especie cuyo estado de conservación en nuestra provincia es vulnerable, por lo que es importante que cada ejemplar rescatado pueda regresar a su hábitat natural. En este caso, no se encontraron rastros de intoxicación, sino que el animal estaba debilitado.

“Este cóndor ingresó en enero con anemia y muy bajo peso. Tuvo una recuperación sencilla: los primeros días se le hicieron los estudios de protocolo y después de ocho meses ya está recuperado para volar nuevamente”, explicó Edgardo Javier Álvarez, trabajador del Tatú Carreta.

Recordemos que es el tercer cóndor rescatado, que se rehabilita en el Tatú Carreta y puede regresar a su hábitat natural luego de cumplimentar su tratamiento. El primero se liberó en el año 2017 luego de realizar un proceso de desintoxicación por poseer plomo en sangre y el segundo recuperó su libertad el año pasado después de rehabilitarse por poseer bajo peso.