La tarde del 23 de agosto de 2014 transcurría tranquila en Villa Carlos Paz. En la Costanera había gente haciendo deportes, tomando mates en ronda y pasando el rato. De repente, un auto de alta gama se estacionó en la calle y dos hombres se bajaron y discutieron. El hecho llamó la atención de algunas personas que estaban en el lugar que no dudaron en llamar a la policía.
En otro sector de la ciudad, en Costa Azul, el cuerpo de Alejandro Veiga yacía en la calle. Había recibido un disparo en la cabeza y murió en el acto.
Luego se supo que Aldo Rubén Campos Reynoso había llegado hasta la esquina de la casa de Veiga y sin mediar palabras le disparó para luego huir junto su acompañante.
Tres años después, la causa llegó a juicio, luego de un lapso en el que el acusado estuvo libre y por insistencia de la querella fue nuevamente detenido. Reynoso fue condenado a 15 años de prisión como culpable del delito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego.
En las audiencias se ventilaron las circunstancias que rodearon al crimen. El fatídico 23 de agosto de 2014, Campos Reynoso llamó por teléfono a Alejandro Veiga para concertar un negocio. Pero, lo que se supo después es que como los hijos de ambos compartían el colegio, el asesino estaba obsesionado con que su pareja mantenía una relación con Veiga. Pero toda esa suposición fue desechada de plano en el juicio.
Las hermanas de Veiga y sus padres se pusieron al frente de la querella junto al abogado Pedro Despouy Santoro y encontraron que la pena fue demasiado leve para el acusado.
En diálogo con Carlos Paz Vivo, Paola Veiga, hermana de Alejandro, aseguró que su madre y sus hermanos lo recuerdan con mucha tristeza. “Es muy fuerte el paso de los años y cada aniversario es muy duro. Se lo extraña un montón, la verdad que era una persona tan querida, siempre contento y siempre para adelante. Vos le pedías una mano y siempre estaba”, apuntó Paola.