La desesperanza es total en la familia y en los allegados de una kiosquera que sufrió un robo de mercadería y dinero en su local de avenida San Martín y Artigas. Fue el viernes por la noche. Los delincuentes aprovecharon que la calles quedó vacía y cuando la mujer que atendía el comercio quedó sola, ingresaron a robar.

Bajo a amenzas y a cara de descubierta, tres sujetos se llevaron todo lo que pudieron en mercadería y el dinero de la recaudación del día.

Este es uno de los muchos robos que suceden en la ciudad y que no se conocen porque no se difunden desde la Justicia o la Policía.

La hija de la mujer que fue asaltada, le dijo a Carlos Paz Vivo que los hombres se metieron al kiosco y amenazaron a la mujer que, por temor a represalias o a ser golpeada, no dijo nada y dejó que se llevaran las cosas.

En los videos que aportaron las víctimas, se ve claramente el rostro de uno de los delincuentes. Ese material ya está en manos de la Justicia y de la Policía. Los otros dos actuaron con capuchas pero a cara descubierta.

“Mi mamá tiene miedo”

“Eran las 23.10 y mi mamá estaba sola comenzando a cerrar el negocio. Mi mamá queda sola después de que se fueron unos amigos. Entraron tres hombres, dos de ellos encapuchados y otro a cara lavada”, dijo la hija de la mujer que atiende el kiosco.

“Uno se mete atrás del mostrador y le dice que no se moviera y no gritara que no le iba a pasar nada. Se llevaron todos los cigarrillos, su mochila donde tenía todas las tarjetas de crédito, débito, todos los documentos, los carnés de náutica, cosas de lo bomberos ,dibujos de mi hermano”; se lamentó la joven que afirmó que también se llevaron “gomitas y sandwichs”.

Los delincuentes le pedían insistentemente las llaves del auto pero la mujer les dijo que no las tenía.

Si bien no esgrimieron armas a la vista, la mujer en un momento sintió que la tocaron con algo en la espalda pero no puede decir si era una pistola o un cuchillo.

Los vecinos pudieron ver un Renault Clío gris merodeando la zona y se calcula que era el vehículo en el que se desplazaban.

“Esta situación te da una impotencia increíble. Ella es bombero voluntario, este es nuestro único sustento y a la gente no les interesa. No les interesó son un asco humano”, afirmó la hija de la víctima.

“Por suerte, tenemos que decir que no le pegaron, no la tiraron al piso. Eso no quita que pasó una situación fea, que tiene pánico cuando alguien entra al negocio”, acotó .