Con la temporada de verano encima y con la incertidumbre en la marcha de la economía, a 2023 le quedan dos fines de semana largos y los hoteleros y gastronómicos se preparan para recibir a los turistas.

Son los del 8 de diciembre próximo, que cae este viernes y el de Navidad, el 25 de diciembre, que cae un lunes. 

La pregunta que se hacen los operadores turísticos es cómo será esta temporada en la que el dólar alto favorece, la inflación perjudica y las variables económicas son una incógnita ante la llegada al poder de un nuevo gobierno.

Las respuestas son variadas en torno a la rentabilidad pero los operadores turísticos confían en que la situación del dólar y el impacto de la inflación que no se detiene no afecten la afluencia de turistas a la villa. Esto es: se espera que ingresen muchos turistas pero la lucha se concentra en cómo mantener la rentabilidad y que al final de la temporada se haya obtenido alguna ganancia. O al menos no se haya perdido plata.

El presidente de la Cámara de Turismo de Carlos Paz, Andrés García, le dijo hace algunas semanas a Carlos Paz Vivo que el empresario local tiene que surfear todas las variables para salir bien parados. “Tenemos que poner tarifas de un año para el otro, en octubre largamos una promoción con una tarifa pesificada y con la inflación hoy estamos muy lejos de lo que esperábamos”.

Una de las razones por las que el intendente de Carlos Paz asume en agosto es que el Ejecutivo debe tener una previsibilidad para afrontar la época más fuerte del año para la economía local que es el verano.

Pero la economía se baraja en Buenos Aires y en Córdoba capital por lo que es poco el nivel de maniobra que tienen los Gobiernos locales y los empresarios cuando las reglas vienen puestas desde otros niveles del poder.

Buenas perspectivas, alta incertidumbre

Con incrementos que van desde el 120 al 150 por ciento en las tarifas, los hoteleros de Carlos Paz afrontan una temporada distinta y con expectativas nuevas.

Más allá del escenario electoral que marcó 2023, la postura fue marcada en favor de nuevas reglas en la economía para afrontar los próximos cuatro años. Sin embargo, la incertidumbre persiste y la espera es con ansiedad para saber qué sucederá después del 10 de diciembre con los precios, la inflación, las tarifas de los servicios.