El último fin de semana del año llegará con condiciones muy cambiantes en Córdoba y el Valle de Punilla, combinando calor intenso, lluvias y un alerta vigente que obliga a seguir de cerca la evolución del tiempo.

El viernes comenzó fresco y despejado, con una mínima de 15 grados registrada a las 7 de la mañana. Sin embargo, el sol de diciembre no tardó en hacerse sentir y ya antes de las 10 el termómetro marcaba 27 grados, con una máxima prevista cercana a los 31 grados. Para el resto de la jornada, las probabilidades de lluvia son muy bajas, lo que convierte al viernes en el día más estable del fin de semana.

El sábado será el día más complicado desde el punto de vista meteorológico. Según el pronóstico, las lluvias comenzarán durante la madrugada en forma de tormentas aisladas y ganarán intensidad con el correr de las horas, transformándose en tormentas fuertes durante la mañana. Por este motivo, el Servicio Meteorológico Nacional emitió un alerta amarillo que rige para gran parte de la provincia. En el caso puntual del Valle de Punilla, el alerta se concentra exclusivamente en la mañana del sábado.

De acuerdo al aviso oficial, el área podría verse afectada por tormentas de variada intensidad, con frecuente actividad eléctrica, granizo ocasional, ráfagas cercanas a los 70 km/h y abundante caída de agua en cortos períodos, con acumulados estimados entre 20 y 60 milímetros, aunque no se descartan valores superiores de manera puntual.

Con el avance del día, las condiciones mejorarían. Las lluvias cesarían durante la tarde y la temperatura máxima rondaría los 29 grados, permitiendo una tregua tras una mañana inestable.

El domingo, en cambio, se perfila como una jornada sin probabilidad de lluvias. Con cielo parcialmente nublado, el día comenzará con 17 grados y alcanzará una máxima cercana a los 31, cerrando el último fin de semana del año con calor pleno y condiciones más estables.