Cómo está el Lago San Roque este año

Tras las lluvias registradas durante diciembre, el Lago San Roque alcanzó este lunes una altura de 32,90 metros, quedando 2,40 metros por debajo del nivel del vertedero, ubicado en 35,30 metros, cota que históricamente suele alcanzarse durante el pleno verano, luego de las lluvias más intensas de la temporada estival.

La pregunta que surge es inevitable: ¿cómo se ubica este nivel respecto de otros años para la misma fecha?
Para responderlo, Carlos Paz Vivo! repasó los registros históricos correspondientes al 23 de diciembre.

Los registros de los últimos quince años muestran que diciembre suele ofrecer escenarios muy distintos, con temporadas claramente favorables y otras marcadas por la sequía. Hubo años claramente secos, en los que el San Roque llegó a esta altura del calendario con niveles muy bajos. Entre los más críticos aparecen 2022, cuando el lago apenas superaba los 28 metros, 2020 y 2023, ambos por debajo de los 30 metros, y también 2010 y 2017, con registros cercanos a los 30 metros. En esos períodos, la falta de lluvias acumuladas en las sierras se reflejó de manera directa en un lago visiblemente debilitado.

En el otro extremo se encuentran los años más lluviosos, en los que diciembre mostraba un San Roque muy bien posicionado de cara al verano. En ese grupo se destacan 2012, 2014, 2018 y 2021, con niveles que rondaban o superaban los 34 metros, anticipando temporadas con fuerte aporte hídrico. El caso más reciente y extremo fue 2024, cuando para esta misma fecha el lago alcanzaba los 35,18 metros, prácticamente en el vertedero, reflejando uno de los mejores escenarios hidrológicos de los últimos tiempos..

El registro actual de 32,90 metros ubica al lago en una posición intermedia dentro de la serie histórica. Está claramente por encima de los años más críticos, cuando el nivel era bajo y generaba preocupación por el abastecimiento y la calidad del agua de la ciudad de Córdoba, pero al mismo tiempo se encuentra por debajo de los mejores escenarios, como el del año pasado, cuando el lago estaba prácticamente lleno y muy cerca del vertedero.

En términos concretos, el San Roque no atraviesa una situación alarmante, pero tampoco presenta un nivel excepcional. Su comportamiento es consistente con un año hidrológico normal a levemente inferior al promedio, con margen para mejorar si las lluvias de enero y febrero acompañan, o para estancarse si las precipitaciones se mantienen irregulares.

De cara al resto del verano, el comportamiento del lago dependerá casi exclusivamente de lo que ocurra en las cuencas altas que lo alimentan. Si las lluvias se consolidan en las sierras, el San Roque aún tiene espacio para acercarse al vertedero; de lo contrario, podría mantenerse en un nivel aceptable, pero lejos de los valores ideales.