Durante la última audiencia jubilar de los sábados, celebrada este sábado por la mañana en la Plaza de San Pedro, el papa León XIV dejó un fuerte mensaje sobre la esperanza, la justicia social y el cuidado de la creación. En su catequesis, advirtió que muchos poderosos no escuchan el clamor de la tierra ni de los pobres y denunció que la riqueza del planeta “está cada vez más concentrada, injustamente, en manos de unos pocos”.
La audiencia formó parte del ciclo iniciado en enero por el papa Francisco, centrado en el Jubileo y el tema de la esperanza. Tras recorrer la plaza en el papamóvil y saludar a los fieles, el Pontífice recordó la cercanía de la Navidad y la próxima conclusión del Jubileo, aunque aclaró que eso no significa el fin del camino iniciado: “No termina la esperanza que este Año nos ha dado; seguiremos siendo peregrinos de la esperanza”.
“Esperar es generar”
En uno de los pasajes centrales de su mensaje, León XIV afirmó que la esperanza no es pasiva, sino profundamente transformadora. “Sin esperanza estamos muertos; con la esperanza venimos a la luz”, sostuvo, y remarcó que se trata de una virtud teologal, una fuerza que viene de Dios.
“La esperanza es generativa. Lo que amenaza y mata no es fuerza: es prepotencia, es miedo agresivo, es mal que no genera nada”, señaló el Papa. En contraposición, destacó que la fuerza de Dios “hace nacer y renacer”. Por eso, resumió: “Esperar es generar”.
El grito de la creación y de los pobres
Inspirado en un pasaje de la carta de San Pablo a los Romanos —“toda la creación gime y sufre dolores de parto hasta hoy”—, el Pontífice invitó a llevar a la oración el clamor de la tierra y de los sectores más vulnerables.
“‘Toda’ la creación es un grito”, afirmó, pero advirtió que muchos poderosos eligen no escucharlo. En ese sentido, cuestionó la concentración de la riqueza y recordó que “Dios ha destinado a todos los bienes de la creación para que todos participen de ellos”. “Nuestra tarea es generar, no robar”, enfatizó.
Para León XIV, el dolor de la tierra y de los pobres, vivido desde la fe, se parece al dolor de un parto: anuncia algo nuevo. “Dios siempre genera, sigue creando, y nosotros podemos generar con Él, en la esperanza”, expresó, al tiempo que sostuvo que la historia está en manos de Dios y de quienes esperan en Él.
María, modelo de esperanza
En el cierre de la catequesis, el Papa destacó la figura de María como modelo de esperanza. Señaló que la oración cristiana es profundamente mariana porque en María “vemos a uno de nosotros que genera”. “Ella es nuestra esperanza”, afirmó.
Según explicó, los creyentes se parecen a María porque pueden “generar la Palabra de Dios aquí abajo” y transformar el grito que se escucha en un parto. “Jesús quiere nacer de nuevo: podemos darle cuerpo y voz. Este es el parto que la creación espera”, concluyó.
Finalmente, León XIV deseó que María acompañe siempre la peregrinación de fe y esperanza, y reafirmó su mensaje central: esperar no es resignarse, sino generar vida nueva en un mundo marcado por la desigualdad.





