La aparición de un animal poco conocido varado en la costa bonaerense generó conmoción e interés científico. Se trató de un zifio, uno de los cetáceos más enigmáticos del planeta, cuyo rescate se desarrolló en condiciones adversas y terminó con un desenlace desfavorable.

El episodio ocurrió en las playas de San Clemente del Tuyú y dio lugar a un operativo complejo encabezado por la Fundación Mundo Marino. Más allá del resultado, el caso aportó información valiosa sobre una especie que rara vez se deja ver y cuya biología todavía presenta numerosos interrogantes.

Qué tipo de animal es el zifio

El zifio pertenece a la familia Ziphiidae, un grupo de cetáceos odontocetos —es decir, con dientes— adaptados a vivir en aguas profundas y alejadas de la costa. Son conocidos como ballenas picudas y se caracterizan por sus inmersiones extremas, que pueden superar los mil metros de profundidad y extenderse durante largos períodos.

Justamente por ese estilo de vida, los zifios pasan la mayor parte del tiempo sumergidos y casi no interactúan con la superficie. Por eso, cada varamiento representa una oportunidad excepcional para la ciencia, ya que permite estudiar su estado sanitario, su anatomía y las amenazas que enfrentan en el océano.

Un hallazgo poco frecuente

El ejemplar hallado en San Clemente del Tuyú correspondía a un macho juvenil, de 4,32 metros de longitud y un peso estimado cercano a una tonelada. Según datos de la Fundación Mundo Marino, el evento resultó extremadamente infrecuente: desde 1987 solo se registraron cuatro varamientos vivos de esta especie en la región.

El aviso llegó cerca de las 19.30 del martes, lo que obligó a desplegar un operativo nocturno. La escasa visibilidad y las condiciones del mar complicaron las tareas desde el inicio. El animal mostraba signos claros de desorientación y un comportamiento que generó preocupación entre los especialistas.

Durante varias horas, el equipo intentó acompañar al zifio para que retomara mar abierto. Sin embargo, el cetáceo presentaba una natación circular persistente, regresando una y otra vez hacia la costa luego de superar la rompiente, un patrón que suele asociarse a cuadros de salud graves, con compromiso neurológico o respiratorio.

El desenlace y las causas

Antes de suspender el operativo, el zifio logró alejarse mar adentro, lo que abrió una expectativa moderada entre los rescatistas. Sin embargo, durante el monitoreo realizado a la mañana siguiente, el animal apareció sin vida en la misma zona del varamiento inicial.

Desde la Fundación Mundo Marino explicaron que la prioridad en estos casos es reducir el estrés del animal y evaluar de manera constante el entorno. La decisión de interrumpir el operativo respondió a criterios de seguridad y bienestar, tanto para el equipo como para el cetáceo.

Qué revelaron los estudios

El cuerpo fue trasladado para realizar estudios junto a la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional de La Plata. La necropsia determinó que el zifio padecía neumonía y presentaba una alta carga parasitaria gastrointestinal, dos factores que deterioraron de manera severa su estado general.

Estas afecciones explican el comportamiento errático observado durante el intento de rescate. En cetáceos de aguas profundas como el zifio, cualquier alteración respiratoria representa un riesgo elevado, ya que su fisiología está adaptada a inmersiones prolongadas y extremas.

El hallazgo en San Clemente del Tuyú dejó, así, un saldo triste pero significativo: permitió obtener datos poco frecuentes sobre una de las especies más misteriosas del océano y volvió a poner en foco los desafíos que enfrentan estos animales en un ambiente cada vez más intervenido.

Fuentes: La Capital, La Nación.