La resolución publicada el jueves pasado en el Boletín Oficial —que comenzó a regir de inmediato en toda la provincia— encendió la alarma entre instructores y deportistas de stand up paddle (SUP).

Desde Bialet Massé, una comunidad de este deporte se vio súbitamente condicionada por una normativa que limita la navegación en ríos y arroyos y deja al SUP en un terreno legal incierto.

En el río Cosquín, la práctica era habitual y se desarrollaba en un tramo embalsado y completamente navegable. Pero la resolución de la Dirección de Seguridad Náutica que se conoció la semana pasada obligó a que Carolina —instructora certificada y referente de la ONG Surfrider Argentina en Córdoba— ya no pueda seguir enseñando. Para entrenar, en tanto, tuvo que mudarse al lago San Roque, donde distintos tipos de embarcaciones ponen en riesgo con su cercanía a los deportistas que practican SUP.

Su foto con un cartel que reza “Busco asilo político en otras provincias” con su traje de surf y la tabla bajo el brazo se convirtió en la imagen de una protesta que incluye a otros deportistas y también a prestadores turísticos que se ven afectados por la nueva normativa, la cual prohíbe por igual cualquier tipo de práctica con embarcaciones en ríos y arroyos de toda la provincia de Córdoba.

“Esto no es una queja por mi comunidad; es un reclamo por el deporte —explicó Carolina a Carlos Paz Vivo!—. Acá no nos reconocen. En Córdoba ni siquiera figuramos como disciplina deportiva, nos tratan como si fuéramos un artefacto recreativo más”.

Un deporte olímpico

El SUP, disciplina olímpica que compite en todo el mundo, tiene en Córdoba un problema estructural: no está incluido ni en la normativa de deportes ni en la reglamentación para prestadores de turismo alternativo. La instructora lo resume así: “En el resto del país puedo trabajar con mi certificación. En Córdoba, tengo que pedir permiso para todo, pero ni siquiera responden. Mandé el pedido de habilitación en agosto y nunca me respondieron. O sí, lo hicieron con esta nueva normativa que prohíbe la navegación en ríos”.

Carolina cuenta que solo existe una instructora autorizada por Seguridad Náutica en toda la provincia y con apenas cuatro tablas matriculadas.

“El riesgo no somos nosotros”

La instructora sostiene que la decisión provincial —que ahora los obliga a remar en lagos abiertos— expone más a los usuarios inexpertos que compran tablas por internet y se arrojan al agua sin capacitación:

“El problema no soy yo. El peligro es la cantidad de personas que entran al lago sin criterio. Si no enseñás, vas a tener más accidentes”, advirtió.

Según explica, las tablas inflables, mayoritarias en el mercado, son especialmente sensibles al viento, un fenómeno habitual en los embalses cordobeses a partir del mediodía y hasta la caída del sol. “Esta resolución los empuja a ir a zonas donde el viento es fuerte. Es contradictorio con la idea de prevención”, aseguró Carolina.

El malestar no afecta solo al SUP. Emprendedores de kayak, canotaje y otras actividades en río quedaron en estado de incertidumbre. “Fue un golpe inesperado. Ni avisaron ni consultaron”, lamentaron.

La preocupación es transversal: instructores, cooperativas y prestadores turísticos coinciden en que la norma deja afuera actividades que forman parte del paisaje deportivo y recreativo de la región, a días del inicio de la temporada de verano.

Un pedido por nota

Mientras continúan los entrenamientos en el lago, los deportistas que practican SUP se organizan. La Asociación Nacional de Surf —en articulación con Surfrider y escuelas locales— ya está terminando una presentación que ingresará la semana próxima a la Dirección de Seguridad Náutica.

Solicitarán al Gobierno una mesa técnica urgente para revisar la disposición, incorporar la mirada de profesionales y adaptar la regulación a cada disciplina.

“Si Rosario puede ordenar la convivencia entre buques de ultramar y deportistas en tablas o kayaks, Córdoba debería poder regular sin prohibir”, afirma Carolina.

Según adelantó, la nota ya fue revisada por referentes nacionales y será elevada la semana próxima.

Mientras la temporada se acerca, el sector náutico aguarda que la Provincia abra el diálogo. La prohibición generalizada, sostienen, afectará al turismo, al deporte federado y a los emprendedores que trabajan desde hace años en ríos y lagos.