En el marco del debate por la primera lectura de la Cuenta General del Ejercicio, el concejal Daniel Ribetti, del bloque Carlos Paz Despierta, denunció que el superávit presentado por el Ejecutivo local “no refleja una gestión eficiente, sino un artificio contable sin sustento en la realidad”.

Durante su intervención en el Concejo de Representantes, Ribetti criticó duramente la presentación económica del gobierno municipal y aseguró que “ese superávit que el Ejecutivo vende como símbolo de buena gestión, no es más que una construcción contable que ya no engaña a nadie”.

El edil fundamentó su posición en el dictamen técnico del tribuno de cuentas Marcelo Molina, quien habría advertido que gran parte del resultado positivo se construye mediante el diferimiento de pagos. “Se trata de deuda flotante que se traslada al ejercicio siguiente. Pagos como los aportes a la Caja de Previsión o contratos de locación de servicios se postergan porque la Carta Orgánica lo permite. Así se maquillan las cuentas para mostrar una falsa salud financiera”, explicó.

Uno de los puntos más críticos de su análisis apuntó a los fondos recaudados por la cuenta de gas. Según Ribetti, el municipio acumuló 968 millones de pesos que no fueron utilizados para obras, debido a que la empresa a cargo del servicio se encuentra en proceso de liquidación. “¿Qué hizo el municipio con ese dinero? Lo colocó en plazos fijos que rinden menos que la inflación, perdiendo así capacidad de inversión. Ese dinero no trabaja para la ciudad, se congela y se presenta como superávit, como si fuera eficiencia”, cuestionó.

Además, el concejal puso la lupa sobre el bajo nivel de ejecución del presupuesto destinado a obra pública. Indicó que solo se ejecutó el 26% de lo presupuestado, con casos extremos como el del faldeo de montaña, donde apenas se ejecutó un 0,08%. “Se cobra por un destino específico que luego no se cumple. Se rompe el contrato social con el vecino, que paga tasas y contribuciones que no se traducen en infraestructura ni en mejoras concretas”, advirtió.

Ribetti planteó que si el municipio muestra un superávit, solo hay dos explicaciones posibles: “O nos están cobrando demasiado —y deberían bajar los impuestos— o están haciendo muy poco, y también deberían bajarlos”. En ambos casos, insistió, “ese superávit es un dibujo”.

Finalmente, subrayó que la lógica de un gobierno local no puede ser la misma que la de una empresa. “Un municipio no es eficiente cuando ahorra a costa de no hacer lo que debe. No está para generar utilidad, sino para servir a la comunidad y mejorar la calidad de vida. Y eso, lamentablemente, no está pasando en Carlos Paz”, concluyó.