La política es el arte de lo posible y en Argentina eso y mucho más. Esto es así porque los posicionamientos de los líderes políticos varían notablemente de elección a elección y con un vértigo increíble según lo que marquen los tiempos.

Lo cierto es que la relación entre el gobernador Martín Llaryora y el intendente Esteban Avilés no empezó con el pie correcto en 2023.

Después de militar fuerte en el espacio de Hacemos por Córdoba y de formar parte del gobierno de Juan Schiaretti durante cuatro años en la Agencia Córdoba Turismo, Avilés decidió correrse del espacio y avalar la candidatura de Horacio Rodríguez Larreta en las PASO. A su vez, en la campaña para gobernador, los dirigentes cercanos a Llaryora no quedaron conformes a partir del escaso apoyo que recibieron en la ciudad de los militantes de Carlos Paz Unido. En esta ciudad ganó Luis Juez, el legislador que llegó a la Unicameral por Punilla fue Walter Gispert y en las presidenciales, Javier Milei obtuvo un triunfo de los más fuertes en el país. Por eso y pocas cosas más, los posicionamientos comenzaron a cambiar.

Durante 2024, hubo fuertes críticas de la gestión local a la provincial por la situación del lago San Roque, que no había cambiando demasiado desde el año anterior en que ambas administraciones eran aliadas. Pero había que despotricar. Y siguió el tema de la inseguridad, con críticas desde los centros vecinales y desde algunos sectores del gabinete.

Carlos Paz no firmó su adhesión a la ley de seguridad de la provincia y recientemente tampoco adhirió al pacto fiscal que acordó la Provincia con más de 400 municipios.

Uno de los puntos del desencuentro fue la designación de Emilio Iosa como Autoridad de Cuenca, algo que a la postre haría implosionar al partido creado por el médico en Carlos Paz. Pero que a Avilés le molestó sobremanera.

Es tema fue uno de los puntos de negociación para volver a sentarse a charlar y Iosa pasó otra parte del Gabinete provincial sin tanta exposición.

En el medio están los coqueteos de Avilés con los referentes cercanos al presidente Javier Milei en Córdoba y palabras de acercamiento desde el juecismo hacia el jefe de Gobierno local que no dinamitó los puentes con los referentes de lo que fue Juntos por el Cambio en la provincia.

En tanto, el armado del Gobierno provincial busca recuperar terreno político en Carlos Paz y en Punilla conociendo las limitaciones que existen en la dirigencia cordobesa para entender la lógica y la dinámica de los votantes carlospacenses.

El mes pasado, el anuncio de la construcción de un hospital provincial en el ejido de la ciudad marcó un nuevo punto en la relación entre el gobernador y el intendente.

La localización ya fue aprobada por el Concejo de Representantes y cuenta con objeciones de sectores ambientalistas.

En cualquier caso, el anuncio y la bajada de fondos a Carlos Paz, una ciudad que ha sido bien atendida por los tres gobernadores peronistas de los últimos 25 años, puede interpretarse como la búsqueda de una reconciliación duradera con el intendente actual y jefe político del partido que gobierna la ciudad desde 2011.

¿Amigos son los amigos? la política es el arte de lo posible.

Imágen: construida por IA