Llegan desde los barrios y recorren los comercios del centro con la frase “dulce o truco” y parecen una horda de disfrazados. Los hay de todos los colores y personajes: superhéroes, zombies, hadas, duendes, muñecos malvados y más.
En el centro de la ciudad, los comerciantes armaron un pequeño escenario y, además de caramelos, repartieron premios a los mejores disfraces.
“Dulce o pan”, gritó un pequeño al entrar a pedir caramelos en una panadería y causó las risas de las empleadas y los clientes.
La avenida 9 de Julio se cortó por el aluvión de chicos y padres que llegaron desde todos los puntos de la ciudad para participar de esta celebración que año a año gana más convocatoria.
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