El informe, difundido en ocasión del Día de la Madre, destaca que en el 2019, en la prepandemia, las madres en edad activa ya participaban menos del mercado laboral (68%) que las mujeres sin hijos/as (73%). En los varones, la paternidad generaba un efecto opuesto: los padres participaban más (97%) que quienes no lo eran (90%).
“En la recuperación pospandémica, las madres de niños menores a 6 años vienen rezagadas. Así, la maternidad parece acentuar las consecuencias negativas de la crisis”, destaca el informe.
Indica que frente a este escenario “es importante distribuir el cuidado de manera más justa, entre madres y padres, pero también hacia afuera de la familia entre el Estado, el mercado y la comunidad”
Para el Cippec, la “progresiva recuperación” del mercado de trabajo tras los efectos mas negativos de la pandemia, está dejando afuera a las madres con hijos más pequeños.
Su participación laboral cayó 4% entre abril y junio del 2020, y aún no han retomado sus niveles de la prepandemia
Precisó que de esta manera “la maternidad, en especial cuando requiere mayor demanda de cuidados, parece correlacionarse con la severidad de las consecuencias negativas de la pandemia”.
En el 70% de las familias, la carga adicional de tareas de cuidado en pademia fue absorbida por las mujeres.
Florencia Caro Sachetti y Juan Camisassa, coordinadora y analista del Programa de Protección Social de Cippec, destacaron que las mayores dificultades de las madres para participar del mercado laboral “se vinculan estrechamente con las dinámicas sociales y familiares de cuidado,
Antes del inicio de la crisis sociosanitaria, las mujeres ya concentraban la mayor carga de trabajo doméstico y de cuidado no remunerado: el 89% de ellas realizaba este tipo de tareas, en comparación con el 58% de los varones.
Pero los esfuerzos destinados a contener el avance de la pandemia “trajeron consigo una agudización de este fenómeno, ya que su potencial éxito se erigía sobre el repliegue de todas las actividades a la esfera doméstica”, detalló el reporte.
En el 70% de las familias, la carga adicional de tareas de cuidado en pademia fue absorbida por las mujeres y, en este contexto, las barreras para conciliar el trabajo productivo y reproductivo “se incrementaron significativamente para las madres”.
Para avanzar hacia una “nueva normalidad” el cuidado “debe ser un eje prioritario de las estrategias de recuperación”, enfatizaron Caro Sachetti y Camisassa.
El informe propone “continuar avanzando en la creación de un sistema integral y federal de cuidados, con el objetivo de distribuir el cuidado de manera más justa, entre madres y padres, pero también hacia afuera de la familia: con el Estado, la comunidad y el mercado”.
Los autores del informe destacan que el sistema “debe basarse en tres pilares: tiempo para cuidar, a través de licencias y políticas que promuevan la participación de los padres en la crianza de sus hijos/as; dinero para cuidar, mediante el fortalecimiento de las transferencias destinadas a la niñez; y servicios para el cuidado, con el desarrollo de espacios de crianza, enseñanza y cuidado para la primera infancia.