Una tormenta con fuerte actividad eléctrica y ráfagas de viento sorprendió a todos durante la noche del jueves. Aunque los registros fueron moderados, la humedad llegó en un momento clave para la región.
La tormenta llegó con fuerza al anochecer del jueves, luego de varios días de calor y riesgo extremo de incendios en las sierras. Pasadas las 20, el cielo se iluminó con relámpagos y truenos que marcaron el inicio de una intensa actividad eléctrica, acompañada por chaparrones de abundante agua y fuertes ráfagas de viento que, en el centro de Carlos Paz, alcanzaron los 50 kilómetros por hora.
Aunque la lluvia fue intensa por momentos, los acumulados no fueron altos. En promedio, en Villa Carlos Paz se registraron entre 6 y 9,5 milímetros de agua caída. Sin embargo, los vecinos celebraron la llegada de la lluvia, que trajo alivio después de semanas de clima seco.
En el resto del Valle de Punilla
Los valores fueron parejos en toda la región: Cosquín 6,6 mm, La Falda 8,5 mm, Huerta Grande 7,8 mm, La Cumbre 7,4 mm y Capilla del Monte 7,2 mm.
Los mayores acumulados se dieron en las zonas más altas de Tanti: en El Durazno se midieron 14,2 mm y en Mallín, 20 mm.
En las cuencas que alimentan el lago San Roque
En la cuenca del río San Antonio, las lluvias fueron moderadas: 7 mm promedio, con 8,5 mm en la alta, 6,8 mm en la media y 5 mm en la baja.
En tanto, en la cuenca del río Yuspe/Cosquín el registro alcanzó 9,3 mm, mientras que el valor más alto se dio en el río Los Chorrillos, con 11 mm.
Si bien no se esperan aumentos significativos en los caudales de los ríos que abastecen al lago San Roque, la tormenta dejó una bienvenida humedad en los suelos y un descanso necesario para la flora y fauna serrana, que atraviesan semanas críticas por el riesgo de incendios.
La noche volvió a oler a tierra mojada y el amanecer del viernes encontró al Valle de Punilla más fresco, más verde y, por unas horas, en calma.