El reconocido actor español Eusebio Poncela murió este miércoles a los 79 años en su domicilio de El Escorial, Comunidad de Madrid, tras atravesar un linfoma que lo aquejaba desde hacía un año.
Dueño de una voz inconfundible y de una presencia escénica que lo convirtió en actor de culto, Poncela fue uno de los intérpretes más destacados de la escena cultural española desde los años setenta.
Una carrera marcada por el riesgo artístico
Nacido en Madrid el 15 de septiembre de 1945, comenzó en el teatro con montajes de Adolfo Marsillach y pronto se consolidó como protagonista de películas clave del cine español. Su papel en Arrebato (1979), de Iván Zulueta, lo convirtió en referente de una generación y abrió la puerta a colaboraciones con Pedro Almodóvar en títulos como Matador (1986) y La ley del deseo (1987).
Su trayectoria incluyó películas de gran reconocimiento como Martín (Hache) (1997), filmada en Argentina junto a Juan Diego Botto y Cecilia Roth, e Intacto (2001), trabajo por el que fue candidato al Goya como mejor actor. En televisión también dejó huella en series como Los gozos y las sombras en los años 80 y, más recientemente, en Matices, estrenada en 2025.
Reacciones del mundo cultural
La noticia generó numerosas muestras de pesar en el ámbito cultural. El actor Antonio Banderas, quien compartió pantalla con él en La ley del deseo, escribió desde Londres: “Deja detrás unos magníficos y bellos trabajos como actor… Descansa en paz enigmático y querido amigo”.
Por su parte, Juan Diego Botto recordó su paso por Martín (Hache): “Tenía un corazón inmenso… Entrar en su mundo fue una maravilla”.
También se pronunciaron instituciones como la Academia de Cine de España, la Unión de Actores y Actrices, el Ministerio de Cultura, el Festival de Málaga y el Festival de San Sebastián, destacando su talento, elegancia y el aporte que dejó a la cultura ibérica.
Un legado que trasciende fronteras
Eusebio Poncela se consolidó como un artista que asumió riesgos, que no se dejó encasillar y que supo moverse con igual intensidad en el teatro, el cine de autor y la televisión. Su figura es recordada por su magnetismo interpretativo y por una filmografía que se convirtió en referencia del cine español contemporáneo.
Con su muerte, se despide a un intérprete singular cuya obra permanecerá como testimonio de una de las etapas más ricas y creativas de la escena ibérica.