La plaza del Avión se llenó de pancartas, de cánticos y colores en la jornada de protesta por la decisión del presidente Javier Milei de vetar la ley de emergencia por la Discapacidad que aprobó el Congreso nacional.
Personas con Discapacidad junto a padres y docentes del sector se manifestaron para hacer oír su voz en medio de este planteo que restringe los derechos de las personas más vulnerables de la sociedad.
Fotos y notas: Luis Tórtolo
La Carta Abierta
Por su parte, la docente Belén Rivero, del Instituto Marietté Lydis, publicó una carta abierta sobre esta cuestión que tanto preocupa a la comunidad.
El veto presidencial a la ley de emergencia en discapacidad no nos toma por sorpresa, viendo como el ejecutivo se ha estado moviendo desde que asumió la conducción de nuestro país era algo que tristemente nos esperábamos. Esto no es un problema que nos atañe solamente a las personas con discapacidad y sus familias y a todos aquellos que trabajamos en discapacidad, es un tema social, porque es necesaria la mirada social de la discapacidad más en estos momentos. No podemos solos. Ya lo he dicho hasta el cansancio. No podemos sin políticas de estado que nos visibilicen. Políticas que ayuden a contener la necesidad de un sector que ha sido totalmente precarizado por decisiones políticas que rayan lo impensable.
Como lo he dicho en otras tantas oportunidades…Son vidas. Son familias.
Son profesionales y trabajadores que dan todo con verdadera entrega. Se trata de defender al vulnerable, al distinto, a la discapacidad, se trata de verla, de ver ese espejo en el que tanto duele mirarse…
Se trata de derechos y no de privilegios. Quiero un país donde la discapacidad no sea una emergencia crónica y agonizante, sino una prioridad, una prioridad social y política. Un estado que no nos visibiliza, es un estado ausente, y necesitamos un estado que no nos deje solos. Seguimos luchando porque tenemos un propósito firme: llevar y seguir adelante con nuestras instituciones de servicio y educación a las personas con discapacidad.
No podemos solos, eso está claro.
No podemos sin una ley que nos proteja, sin una ley que eche luz y solucione un poco lo que está sucediendo en discapacidad. La decisión del veto nos vuelve a foja cero y por eso necesitamos más que nunca que la sociedad y quienes nos representan, alcen la voz para defender derechos adquiridos.
La tiranía instalada, la violencia y el despotismo en los discursos han perdido totalmente la sensibilidad para escuchar a los que menos tienen y a quienes más lo necesitan.
No es momento de mirar hacia otro lado. Es momento de mirar al prójimo, ese prójimo que hoy es el jubilado, la persona con discapacidad, ya sea adulto o niño, los profesionales de salud y educación especial. Hoy nos convoca esta lucha. No hay que bajar los brazos. Es el rol que nos toca cumplir como sociedad . Seguiré, seguiremos luchando, con convicción y con pasión, dejándolo todo por esta causa noble y despojada de egoísmos mediocres.
Defendiendo esta causa mientras veamos en el horizonte, un atisbo de esperanza.