Durante el fin de semana largo, la Municipalidad de Villa Carlos Paz ejecutó un operativo de control que terminó con 14 kioscos clausurados por vender bebidas alcohólicas fuera de los horarios permitidos por ordenanza. Tres de ellos, además, rompieron las fajas para seguir trabajando y fueron sancionados nuevamente.
En una extensa concedida a Canal 2 de CPTV, el secretario General y de Vinculación Institucional, Juan Lucero, explicó la magnitud del operativo y defendió la necesidad de sostener una política de orden riguroso: “El ordenamiento no es discrecional. La ordenanza vigente establece claramente cuándo se puede vender alcohol y todos la conocen. Hasta el 15 de diciembre, el horario es hasta las 23 y durante la temporada hasta las 00”, afirmó.
Lucero destacó que el control sobre estos comercios no es un tema menor, sino parte de un problema urbano y social más profundo: “Existen actividades económicas que provocan lo que llamamos gasto defensivo. Cuando un negocio genera impactos negativos en la convivencia —peleas, basura, accidentes, uso indebido del espacio público— termina perjudicando a miles de vecinos”.
El funcionario remarcó que muchos de estos kioscos son puntos de abastecimiento para grupos de motociclistas que consumen alcohol antes de circular por la ciudad, lo que potencia conflictos y riesgos:
“No estamos hablando de ‘una latita al paso’. Es una cadena de efectos que termina en desorden nocturno, ruidos molestos y hechos de inseguridad”.
Una ordenanza de 30 años que sigue vigente
Según explicó, el marco normativo no deja margen de interpretación: “La ordenanza 2846, promulgada en 1995, fija los horarios. Hasta el 15 de diciembre se puede vender hasta las 23. Después, hasta las 24. Todo lo que se consume debe ser dentro de locales habilitados”.
Lucero fue enfático al señalar que nadie puede alegar desconocimiento: “Los comercios saben perfectamente lo que establece la norma. Incluso hay kioscos que ponen a alguien en la puerta para avisar si vienen inspectores. Eso demuestra que conocen la ley y buscan evadirla”.
Sobre los locales que rompieron la clausura, fue claro: “Eso va directamente al Tribunal de Faltas. Son los jueces quienes determinan la sanción, la duración y, eventualmente, si corresponde quitar la habilitación. Industria y Comercio no decide eso”.
La Municipalidad confirmó que la mayoría de los kioscos clausurados ya tenían antecedentes o advertencias previas.
De hecho, el funcionario explicó que las inspecciones no surgieron solo de recorridas: “Recibimos denuncias de vecinos por ruidos, motos reunidas consumiendo alcohol en la vereda, uso indebido de la vía pública. A eso se sumó un trabajo preventivo especial porque este fin de semana es una foto del verano que se viene”.
Lucero insistió en que la responsabilidad comercial es clave: “Trabajamos por la seguridad de los vecinos y de quienes nos visitan. No podemos permitir situaciones que terminan en accidentes evitables”.
La polémica en redes y la respuesta del municipio
Consultado por los cuestionamientos de algunos usuarios en redes sociales, que criticaron las clausuras durante un fin de semana turístico, Lucero fue categórico: “Hablan de libertad económica, pero la libertad termina cuando comienza a perjudicar al resto. En una ciudad de casi cien mil habitantes —y que duplica su población en temporada— el orden es fundamental”.
Y aseguró que el impacto económico de las clausuras es mínimo: “Tenemos más de dos mil comercios abiertos. Clausurar catorce que incumplen la norma no afecta la economía. Afecta, en cambio, no actuar”.
Desde el municipio adelantaron que los operativos continuarán y que se endurecerán los controles nocturnos, especialmente ante el inicio de la temporada alta. “Todos saben cuál es la regla: vender alcohol fuera de horario tiene sanción. Y romper la faja, más aún. Vamos a seguir profundizando el orden”, cerró Lucero.