El nivel del lago San Roque, medido por la Administración Provincial de Recursos Hídricos, marcó esta semana los 32,8 metros, una cifra que mantiene en alerta a los especialistas, aunque sin generar aún un escenario crítico.
El embalse está 3,5 metros por debajo del nivel del vertedero —establecido en 35,30 metros—, lo que explica la aparición de pequeños islotes en algunos sectores del lago y del río San Antonio, a la altura de la zona céntrica y del puente Uruguay.
Sin embargo, los valores actuales muestran una significativa mejora respecto en comparación al mismo período del año pasado, cuando el nivel apenas alcanzaba los 30,30 metros, uno de los más bajos de los últimos 14 años.
El análisis histórico —según los registros oficiales de medidos de octubre de cada año— muestra un comportamiento cíclico del lago, con picos de hasta 34,50 metros en 2012 y 34,23 metros en 2014, pero también con descensos pronunciados, como los 29,25 metros registrados en 2011, uno de los valores más bajos de la última década y media.
Evitar el derroche
En comparación, el nivel actual se encuentra tres metros por encima de aquel mínimo histórico, lo que indica que el lago, si bien bajo, no atraviesa una situación excepcionalmente crítica.
Aún cuando el registro actual es de casi 2,5 metros por encima de los 30,52 que se registraron en octubre de 2024, las autoridades insisten en la necesidad de evitar el derroche y adoptar hábitos responsables en el uso diario: priorizar el agua para consumo humano, higiene personal y de mascotas, y postergar actividades como el riego, lavado de autos o llenado de piletas, al menos hasta que se inicie la temporada de lluvias estivales.
Los pronósticos anticipan precipitaciones hacia el final de esta semana, lo que podría aliviar parcialmente la situación. Sin embargo, desde Recursos Hídricos remarcan que la recuperación de los niveles del lago San Roque depende de un régimen de lluvias sostenido, que habitualmente comienza entre fines de noviembre y diciembre.
Foto: Luis Tórtolo