Más de 80 comercios participan con decoraciones, dulces, disfraces y sorpresas en una celebración que crece cada año.
El espíritu de Halloween ya se siente en Villa Carlos Paz. Como cada año, los comerciantes del centro se unieron para recibir a los más chicos con caramelos, chupetines y disfraces, en una propuesta que combina imaginación, alegría y participación familiar.
“Entre todos nos organizamos para regalarles una alegría enorme a los chicos cuando vienen producidos, con su arte y su imaginación. Eso no tiene precio”, contó Gabriel Alegre, uno de los impulsores de la iniciativa que ya cumple cinco años.
Una tradición que crece
Lo que comenzó como una idea entre vecinos y comerciantes, hoy se transformó en una verdadera fiesta comunitaria. “Al principio costó un poco, pero enseguida los chicos se sumaron. Hoy ya pasamos las 80 cajas de caramelos, con diez bolsas cada una, o sea más de 800 bolsas que se reparten entre los negocios”, explicó Alegre.
Este año, gran cantidad de locales ya están ambientados con luces, fantasmas y pantallas LED, listos para recibir a la avalancha de monstruitos que recorrerá la peatonal este jueves con el clásico “dulce o truco”.
Escenarios, premios y sorpresas
El escenario principal comenzará a funcionar desde las 18 horas, con música, shows y el tradicional desfile de disfraces, que culminará con la entrega de premios a los mejores en cada categoría. Además, otros espacios armados por distintos comercios iniciarán sus actividades un poco antes, sumando propuestas paralelas y sorpresas.
“Cada nene que llega recibe su caramelito como un premio. Es una especie de ceremonia que los llena de entusiasmo”, detalló Alegre. Los locales también donan premios y órdenes de compra para reconocer a los mejores disfraces —sin categorías excluyentes—, ya que participan niños, adultos, abuelos y hasta mascotas, todos con gran creatividad.
Una fiesta familiar y carlospacense
Con el apoyo de la Secretaría de Cultura, la Cámara de Turismo y varios locales nocturnos, la celebración se consolida como un evento sano, familiar y propio de la ciudad.
“Al principio algunos decían que era una fiesta extranjera, pero con el tiempo tomó nuestra impronta. No hay nada oscuro en esto: es pura diversión y unión familiar”, remarcó Alegre.
Desde trajes clásicos hasta inventos caseros, los disfraces más originales se roban las miradas cada año. “Ya no se trata de comprar un traje, sino de inventarlo. Hemos visto desde Frankenstein hasta chicos disfrazados de latas de gaseosas o de personajes del exorcista con la cama y todo. Fue impresionante”, recordó.
Así, Carlos Paz se viste de Halloween una vez más, con la alegría de una celebración que ya es tradición, donde la creatividad y el espíritu comunitario se adueñan de las calles del centro.