Estoy verde, decía Charly García en su tema de los ´80 y el lago San Roque no lo dice pero lo muestra por estos días. Volvieron las algas, volvió el lago verde y nadie sabe hoy dónde está la famosa cosechadora que llegó hace un par de años como la solución para que el embalse no se parezca tanto a un campo de golf acuático.

El problema, según han desarrollado largamente los especialistas, se trata no sólo de las algas si no de las plantas acuáticas que un día llegaron para quedarse aunque este año todavía no han aparecido.