Si los resultados de octubre se repitieran, lo primero que sucedería es que Cambiemos se llevaría 5 de las 9 bancas a diputados que se ponen juego en Córdoba, Unión por Córdoba se llevaría 3 y el kirchnerismo de la mano de Pablo Carro lograría meter un diputado en la provincia más macrista.

En cuanto a las referencias, si tomamos en cuenta que los diputados que dejarán sus bancas en diciembre, Cambiemos ganaría un lugar actualmente, ya que tenía cuatro sumando al radicalismo, segundo en aquella elección de 2013 con tres diputados y el PRO que sólo y sin alianzas con Baldassi obtuvo su banca. Unión por Córdoba mantendría los 3 diputados que puso en juego en esta elección y el kirchnerismo perdería una con respecto a la elección de Carolina Scotto y Martín Gill en aquella oportunidad.

Sin embargo, más allá de los escaños y las comparaciones las PASO dejan variados análisis en los bunkers de unos y otros.

En Unión por Córdoba los replanteos son más profundos e incluyen no sólo la próxima elección, sino también una mirada a 2019, pensando en que Schiaretti se debilitó hacia adentro en estas elecciones.

A nivel regional y pensando en que la lista de Unión por Córdoba se armó con un fuerte arraigo departamental, hay muchos departamentos en los que perdieron sus caudillos y no faltarán los ajustes de cuentas entre los dirigentes.

En Punilla está claro (como en muchos otros departamentos) que si no encabezan De la Sota o Schiaretti, Unión por Córdoba naufraga ante la alianza del oficialismo nacional.

Por el lado de Cambiemos si bien hoy hay risas, papelitos, bailes y brindis en cada bunker, hacerle el ADN al padre de esta victoria en la provincia es muy difícil más teniendo en cuenta que fue el propio Macri el que se cargó la campaña al hombre pensando en sostener el resultado de 2015, y así lo hizo.

Sin embargo, por debajo, cada columna interna del radicalismo y los dirigentes del PRO por separado, se adjudican la victoria y se abrazan, pero se miran de reojo pensando en 2019.

El radicalismo (sobretodo el mestrismo) dejó en claro que en 2017 cedía, pero que no iba a hacer lo mismo en las elecciones a gobernador, por lo cual está claro que aspiran a ocupar el cargo de candidato a gobernador en Cambiemos 2019.

Mestre así lo quiere, Aguad así lo desea también como Negri, en lo que ya representa un primer problema. El segundo es: ¿Qué hacer con Juez? El actual embajador en Ecuador en 2015 ya había dicho que se perdió por el candidato y que él era mejor postulante que Aguad. Y por último, el tercer problema es el crecimiento y consolidación de Baldassi con esta elección. Muchos caciques alborotan la tribu, suele decirse y esta no es la excepción.

Por lo pronto, todavía queda octubre y consolidar los 5 diputados que la fuerza puede alcanzar en Córdoba.