“Vamos a seguir hasta el final”, repitió entre lágrimas Laura Cortéz a los periodistas que cubrían la última jornada del juicio por el crimen de su hijo, Franco Amaya, por el cual fue condenado a 12 años de prisión el agente de policía Rodrigo Velardo Bustos. La familia y los amigos de Franco, el joven de 19 años que fue asesinado de un balazo policial en febrero de 2019 a una cuadra del puente Los Gigantes, esperaban una condena de prisión perpetua como solicitó el abogado de la querella, Carlos Nayi.

Cambios en la acusación por parte del fiscal de Cámara, derivaron en esta polémica sentencia que será apelada por la querella.

“Vamos a seguir hasta el final, no voy a dejar que esto quede así, porque yo perdí mi hijo para siempre, y ese hijo de mil va a salir dentro de unos años”, enfatizó Laura Cortez, que añadió: “De la mano del abogado y todos los que me acompañan no vamos a parar, vamos a llegar hasta el final”.

La mujer señaló que no esperaba este fallo: “Lo que más se merecía era la perpetua”, sostuvo.

El abogado Carlos Nayi adelantó que apelará el fallo de la Cámara 11 del Crimen y afirmó que el policía acusado del crimen “merece un premio de la Justicia y no lo vamos a permitir”. “Iremos en casación hasta alcanzar el objetivo: debe ir a prisión el que mató y debe ser condenado el otro. Ambos borrachos. El que no lo controló, el que miró para otro lado y el que no controló la ambulancia”.

Nayi agregó: “No termina una etapa aquí, comienza una nueva etapa: Comenzar a construir Justicia al lado de una sociedad que espera algo distinto; que los hombres de azul den el ejemplo y que no maten a jóvenes desarmados, menos por la espalda, y menos aún borrachos”.