Una estatua diferente. Sus extremidades se mueven, su estructura emana calor. De repente, un parpadeo. ¿Quizás se despertó?

Un ligero respirar. Hipnótica, en segundos dejó a todos anonadados.

Ella nace en la noche, cambia su piel y deja de ser Claudia. En la calle se prepara, su piel se tiñe de negro y con pequeños toques dorados su imagen alteró.

Irreconocible, Claudia Herrera es una estatua que se traslada y desfila por el centro de la ciudad hasta un punto en particular. Frente a la iglesia, está su escenario cuya  complejidad se reduce a una caja de pocos centìmetros.

De Buenos Aires, eligió Villa Carlos Paz como destino para hacer su temporada.

Ella se siente inmensa frente a lo que le apasiona, asegurando que viviría la sensación de ser una estatua toda su vida.

En este momento interpreta a una esclava africana con su bebé, la cual fue creada durante un viaje a Brasil y en donde a su vez, surgió su compañero esclavo. Su pareja, Julio, también es una estatua.

Se conocen hace años y dedican su vida al arte. Una pareja de artistas, amantes de una técnica que fue incluso aquella que los llevó a conocerse durante una temporada en Villa Gesell.

Claudia se estira y se relaja antes de salir. Es necesario cuando se debe estar alrededor de cinco horas parado, inmóvil.

A pesar de esto su cuerpo parece no sentir el cansancio, favorecido de años de mantener su cuerpo estático con distintos personajes.

Cada movimiento se presenta como una oportunidad para respirar, al momento en que alguien siente el deseo de ver qué es lo que ocurre al dejar un poco de dinero en una lata. Una curiosidad instantánea, se frenan apenas la ven. ¿Será imposible evitar sentirse atraídos al ver a una persona convertida en una fantasía?

Se podría pensar que en su mayorìa son solo niños los que se sorprenden, pero son todos. Personas mayores, adultos, jóvenes se reúnen en una semi ronda sacando fotos y  acercándose  a ella para verla moverse.

Dejan un billete y empiezan a filmar. Te llama y en complicidad te da un mensaje. Su contenido, un nuevo secreto entre los dos.

Constantemente rodeada, observada, misteriosa. Cinco horas en donde su cuerpo se vuelve arte.