El fuego fue controlado en la zona del Cerro Mogote luego de varios días de incesante labor de los bomberos. Sin embargo, la catástrofe ambiental no acabó con la extinción de las llamas. A corto plazo, nuestro lago San Roque será el principal perjudicado por los incendios.

En diálogo con Carlos Paz Vivo!, Fernando Barri, biólogo de CONICET, señaló que los incendios fueron de una magnitud considerable, “tanto como el tamaño del lago San Roque”. Esta afirmación tiene correlato con la imagen obtenida por el satélite Sentinel 2 de la Agencia Espacial Europea (ESA), que permite observar el daño forestal provocado por el fuego.

El especialista consideró que a partir de ahora iniciará un proceso a corto y mediano plazo que afectará seriamente al lago San Roque, fundamentalmente cuando lleguen las primeras lluvias torrenciales.

Así lo explicó: “Si el inicio de la lluvia es muy copioso va a generar varios problemas: primero, un arrastre muy grande de sedimentos que generarán erosión en las laderas, las cuales quedarán más susceptibles a derrumbes e inestabilidad de los suelos que pueden generar inconvenientes habitacionales en las urbanizaciones ladera abajo”.

“El otro problema es que todos esos sedimentos van a terminar tarde o temprano en el lago, lo cual incrementará el grado de saturación. Eso implica que el lago tendrá menor capacidad de retener agua y, en un embalse que sirve para proveer agua, cuanto menos capacidad de retención tiene, más consecuencias habrá en ese sentido”, manifestó.

Más allá de los antes mencionados, hay un tercer problema que no es menor: “Muchos de estos sedimentos llevarán cenizas de la vegetación que se quemó, que contienen nutrientes como carbono, nitrógeno o fósforo (que están en las plantas y cuando se queman quedan liberados), los cuales al llegar en gran magnitud al lago y, con el inicio de las altas temperaturas, desencadenarán explosiones de algas tóxicas, lo que provocará eutroficación”.

En este contexto, Barri anticipó que probablemente vivamos situaciones parecidas a las del mes de marzo, que con el crecimiento de la colonia de algas y su posterior putrefacción, hubo mal olor y mal aspecto en la desembocadura de los ríos. “Lo que ocurrirá ahora se trasladará también a la zona del embudo del dique”, consideró.