El juez en lo Civil, Comercial, Conciliación y de Familia de 1° Nominación de la ciudad de Carlos Paz, Andrés Olcese, ordenó la inmediata restitución a Nueva Zelanda de dos niñas argentinas residentes en Carlos Paz.

La solicitud de restitución internacional de las niñas fue articulada por su padre a través del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de la República Argentina, con fundamento en que el traslado llevado a cabo por la madre había sido ilícito.

El juez Olcese recordó que Argentina como Estado contratante del “Convenio sobre los Aspectos Civiles y Sustracción Internacional de Menores” se comprometió a asegurar la inmediata restitución de las niñas trasladadas ilícitamente como así también a velar para que los derechos de custodia y visita vigentes en uno de los Estados se respeten en los demás.

Si bien la madre adujo que Nueva Zelanda no era el lugar de residencia habitual de sus hijas, sino que el viaje a ese país tenía por objeto conocer y permanecer como turistas, el magistrado tuvo por acreditado que en aquel país se constituyó el centro de vida de las niñas, es decir, el lugar donde las niñas se encontraban integradas.

El magistrado aseguró que se había demostrado que las niñas fueron escolarizadas en una institución estatal, que sus padres alquilaron una vivienda, compraron un vehículo, obtuvieron trabajo e, incluso, contrataron un servicio de internet.

Todas esas situaciones llevaron al juez carlospacense Olcese “al convencimiento de que la decisión de los progenitores ha sido la de radicarse en el país oceánico, al menos por un tiempo prolongado”.

El magistrado, a su vez, rechazó la “excepción de grave riesgo de que las menores sean expuestas a un peligro grave físico o psíquico, en caso de que se disponga el regreso” interpuesta por la madre. A tal fin, destacó que las excepciones al convenio requieren una interpretación restrictiva y una prueba contundente que la avale, lo que no aconteció en el caso.

Finalmente, puntualizó que “la finalidad del convenio no solo radica en garantizar el regreso, sino que este debe ser seguro”.

Por ello, le impuso a la madre que adopte todas las medidas necesarias para acompañar a sus hijas de regreso a Nueva Zelanda. Esto, con el fin de evitar cualquier desarraigo materno de las niñas y brindarles una mejor y más adecuada contención.

La identidad de las niñas no se dio a conocer por tratarse de menores de edad.