Las vacaciones siempre traen algún día nublado. En Carlos Paz, este febrero 2017 transita por esos días que amanecen con una promesa de sol pero pronto se cubre y al rato las nubes ya son amenazantes. El descanso sigue,  por lo que hay que adaptarse a este clima que saca lo más oculto de la ciudad, o su propuesta más trabajada, esa que si hace mucho calor seguro descartaríamos por la playa.

Si el día se presenta gris y si la familia viajó en auto, es el momento de aprovechar la ubicación privilegiada de Villa Carlos Paz y visitar algunos de los hermosos lugares que la circundan. A pocos kilómetros por la ruta 38 hacia el norte de la ciudad, la ruta va atravesando distintas localidades cada una con su impronta serrana. Puede ponerse como meta, por ejemplo,  el misterioso cerro Uritorco en Capilla del Monte. Allí, recorrer el centro y distintos paseos, nos pondrá en contacto con puntos energéticos, historias y promesas de avistamientos siempre rodeados de la belleza impactante de las sierras.

Nuestra elección de paseo también puede llevarnos para el lado de Alta Gracia, de vuelta por la Autopista Carlos Paz-Córdoba y tomando por la salida anunciada hacia el valle de Paravachasca. La antigua localidad de Alta Gracia es también la puerta hacia Calamuchita, por la ruta 5 y sus reconocidas Santa Rosa de Calamuchita y Villa General Belgrano.

Si la jornada no da para tanto manejo, en Alta Gracia se puede visitar el museo del Che Guevara, la casa familiar donde pasó su niñez, Villa Nydia. Una clásica casa de las sierras con su galería con una muy buena puesta fotográfica para conocer más sobre este mítico personaje. La ciudad también ofrece su pasado jesuítico a través de la Estancia ubicada en su mismo centro urbano. La construcción data del 1700 y recorrerla es un placer inolvidable. Todas las excursiones, en caso de no contar con movilidad propia, pueden contratarse.

La propia Villa Carlos Paz también tiene su espacio de preservación del pasado colonial: Parque Estancia La Quinta, un predio ubicado siguiendo el curso del río San Antonio también testigo de la presencia jesuita en estas tierras. Allí, de manera gratuita, se puede visitar el parque de vegetación autóctona muy bien resguardado aprovechando para tomar unos mates en algunas de sus paradas y se puede acceder al museo Numba Charava conociendo sus magníficas colecciones de restos utensilios cotidianos de los pueblos originarios de las Sierras Centrales de Córdoba.

Para quienes gustan del arte y la manufactura original de distintos artículos, el Paseo de los Artesanos de Villa Carlos Paz está abierto desde las 19 hs. y sigue abierto aunque llueva ya que está techado por lo que su recorrido siempre es una buena opción. También se realizan distintas muestras artesanales en la Galería del Puente Uruguay, ese paseo ubicado debajo del puente Uruguay al que puede accederse por una rampa ubicada frente al Casino central.

Si el día esta gris y no llueve, la extensa costanera de Villa Carlos Paz siempre es una buena opción para llevar los chicos a que corran o aprovechen algunos de los espacios con juegos. Con grandes superficies parquizadas, árboles y hermosas vistas al Lago San Roque, se puede pasar una hermosa siesta, tarde de merienda descansando la vista en un ambiente muy natural.

Siempre que se habla de qué hacer cuando llueve parece que la gran opción tiene que ver con pagar un divertimento. Y es verdad, todo eso está allí: pasear por el centro y comprar regalitos, visitar la Aerosilla y sus miradores, tomar el té en alguno de los regios bares de la Costanera o de  Villa del Lago, y, por supuesto, aprovechar la enorme cartelera teatral de Villa Carlos Paz. Pero también es posible disfrutar de esto otro que la ciudad también tiene al alcance de la mano.