Los sofocantes 35 grados se hicieron más intensos esta tarde en el predio de la Fiesta de la Primavera y los chicos recibieron como un regalo del cielo el agua que lanzaron las mangueras de los Bomberos Voluntarios hacia la multitud.

Mientras pasaba la primera parte de la grilla de la programación, el baile, los pogos, la alegría fueron incontenibles. Y el calor no se detuvo. Sólo en uno de los puestos de hidratación, se consumieron más de 800 litros de agua.

Con la caída del sol, el marco de público creciente y cada vez más entusiasta, configuró una postal de la Primavera y de la Fiesta más convocante de la provincia.

Fotos: Santiago Berioli, Francisco Pancho Ciárez.